Después de 8 meses del lanzamiento de la NES Mini que puso patas arribas el mundo de la compra venta de segunda mano, Nintendo tiene claro que es una forma de negocio muy rentable y que le está dando, además de rédito económico, buena imagen, ya que son muchos los jugadores que, por edad u otras circunstancias, nunca pudieron jugar a una de las consolas más míticas de la historia: la SNES.
Pues bien, ahora el 29 de septiembre de 2017 tendrán esa oportunidad, si es que llegan a tiempo de comprar o reservar una, ya que la locura ha empezado y se encuentra agotada en casi cualquier tienda y reservar una a día de hoy es más difícil que encontrar el arca perdida.
Pero para concretar, ¿qué trae la SNES Mini? Pues algunos cambios respecto a su antecesora.
Primero: Valdrá más. De los 49,99 euros de la su antecesora a los 79,99 euros.
Segundo: Traerá dos mandos, en vez de uno. Además, los cables de SNES serán de 153 cm, que es una mejora respecto a los 90 cm de los de NES.
Tercero: La lista de juego es de 21 títulos, 9 menos respecto a los 30 de la NES Mini. A cambio, en la nueva consola Mini de Nintendo se incluirá el «StarFox 2», un juego que jamás vio la luz, y para el que se ha tenido que retomar el proyecto para poder terminarlo más de 20 años después.
Como veis la SNES Mini tiene sus pros y su contras, pero vayamos a lo importante, a la lista de juegos que trae, ya que es lo que hará que los posibles compradores se decidan por comprar o no esta nueva (vieja) consola:
Como se puede comprobar, la lista de juegos ha sido muy bien elegida, aunque siempre habrá gente que eche en falta algún que otro título, lógico cuando se habla de nostalgia y de títulos que nos abrieron el mundo de los videojuegos cuando éramos niños.
La inclusión de un segundo mando junto con que se hayan alargado los cables como pedían muchos usuarios; que se haya incluido un juego como «Star Fox 2»; o que la señal de la SNES Mini sea de 1080p frente a los 720p de NES, son algunos de los motivos por los que entendemos esta subida de precio de 30 euros.
Como contras no podemos dejar de obviar el catálogo, ya que es menor (casi un 33% menos de juegos) que el de su antecesora, y que continúa siendo una consola cerrada, ya que no habrá forma de ampliar el catálogo ni de comprar otros juegos de la época (no al menos de forma legal, ya que es por todos conocido lo sencillo que es piratear este tipo de consolas estilo Raspberry), son algunas de las tareas pendientes que Nintendo debería arreglar si decide continuar con este negocio de las consolas retro.
Por último decir que habrá dos versiones, una para el mercado americano y otra para el europeo, que serán exactamente igual en características y tan sólo se diferenciarán en el diseño.