Rage 2, análisis del juego más macarra y divertido de Bethesda
- 13 mayo, 2019
- Chema Carvajal Sarabia
Tras un buen arranque de 2019 en cuanto a videojuegos, es el turno de analizar «Rage 2», la propuesta de id Software y Avalanche que quiere hacernos disfrutar reventando cosas
Si hace un año nos preguntásemos que saga tendría una secuela dentro del universo Bethesda, seguramente nadie diría Rage, ya que la primera entrega del título pasó sin pena ni gloria pese a no ser un mal juego (ha envejecido bastante mal, por cierto). Por eso mismo, cuando una tienda canadiense filtró que se estaba trabajando en «Rage 2», la expectación y la sopresa inundó las redes.
Una vez tirada la piedra, desde las redes sociales de Bethesda (que llevan ya un tiempo siguiendo la regla tuitera de ser lo más troll posible) empezaron a sacar información en forma de teasers, trailers e imágenes que nos prometían un juego de lo más colorido y macarra. Siendo el eje central de todo su frenético gameplay.
Gracias a la gente de Bethesda, que nos dio acceso al juego la semana pasada, aquí os traemos nuestro análisis tras más de 15 horas de juego y con miles de enemigos bajo nuestros pies. ¡Bienvenidos al Yermo!
La Autoridad ha vuelto y nos quiere muertos
Si no jugasteis a «Rage» no os preocupéis, ya que esta segunda entrega poco o nada quiere recordar de su hermano mayor, a sabiendas que fue un título menor que no llegó a crear una gran base de fans si bien tuvo el reconocimiento de algunos jugadores (y merecidos, porque hacía cosas bien). Así que no hace falta que os vayáis a Steam a compraros el primero porque «Rage 2» está hecho para todo el mundo, no se necesitan tutoriales.
Como siempre nos gusta comenzar hablando de la historia no podía fallaros y os presento a La Autoridad, organización malvada de mutantes y monstruos capitaneada por el maléfico General Cross, el cual aprovechará que las cosas en el Yermo no están yendo muy bien para asestar un golpe casi mortal a la «civilización». Pero tranquilos, para eso estamos nosotros, el último Ranger (que a falta de más candidatos acabamos siendo nosotros la última esperanza, no nos creamos especiales ni nada).
Tras un comienzo de juego lleno de frenetismo y muerte, nos encargarán la misión de acabar con La Autoridad y con el General Cross, quien parece tener más vidas que un gato. Poner en marcha el Proyecto Daga nos tendrá ocupados las siguientes 12 horas de juego, ya que es la clave para realizar nuestra tarea. Y sí, aquí se acaba la sección dedicada la historia ya que es un juego de pegar tiros y pasárselo como un enano reventando cosas, por lo que ni el propio título se toma en serio, y la historia sólo es una excusa para pasarlo bien.
id Software y Avalanche Studios han dado en el clavo con «Rage 2»
Los que sí venimos de «Rage» lo que más nos tiró para atrás en su momento fue su gunplay, ya que se apreciaba una tosquedad y falta de ritmo muy evidente, que cortaba el fluir natural del juego. Pues bien, en «Rage 2» la gente de id Software ha hecho maravillas, ya que podemos hablar sin tapujos de uno de los juegos más frenéticos y disfrutables de los últimos años a la hora de pegar tiros.
Siendo Avalanche la encargada de poner el motor gráfico (Apex Engine), ya que habían demostrado su gran solvencia en los juegos de mundo abierto («Just Cause» y «Mad Max», por ejemplo), y de crear el universo del Yermo junto a id Software (los dos son codesarrolladores), la empresa sueca ha sabido captar de maravilla los elementos clave de la saga y eso se nota mientras jugamos.
Como antes dije, no es necesario jugar a «Rage» para entender este «Rage 2», pero sin duda si venís de la primera entrega os daréis cuenta de que esta secuela mejora en todos los aspectos a su antecesor. El gameplay es frenético para bien, siendo una delicia controlar los dashses, los dobles saltos, los puñetazos en el suelo y demás habilidades en mitad de un combate donde puedes hacer picadillo a tus rivales pese a que te superen ampliamente en número.
El verdadero mérito del título es que consigue que vayamos aprendiendo nuevas habilidades conforme el juego avanza sin que nos agobiemos, adaptándonos a ellas y consiguiendo que nuestro Ranger sea una especie de Dios de la muerte. Amén de que la constante evolución de nuestro personaje consigue que podamos enfrentarnos a un combate de muchas formas diferentes.
Las armas suenan poderosas (eso sí, no hay más que un puñado de armas para usar) y realistas, siendo un placer destruir la cabeza de un bandido de un escopetazo a medio metro. Las sensaciones que transmite el sistema de disparos es de lo mejor que he jugado desde «Doom» (juego que también desarrolló id Software).
Un mundo abierto rico en misiones para subir de nivel
El juego es corto, siendo su duración media unas 11/12 horas si jugamos en difícil y aún menos si lo hacemos en fácil, pero el Yermo está repleto de misiones. Dividido en tres ramas por los tres personajes centrales del juego, cada una de éstas nos irá desbloqueando habilidades de sus árboles correspondientes. Correr más rápido, llevar más munición, saltar más alto, golpear más fuerte, etc. Nuestro ranger necesita ir haciendo distintos encargos para conseguir mejorar como soldado.
Y no sólo de mejoras comunes vive el hombre, sino que repartidos por el mapa encontraremos las codiciadas Arcas, lugares donde nos esperan nuevas armas y nuevas habilidades de combate por aprender, siendo éstas un elemento transversal en el juego ya que además de tener que encontrarlas y acceder a ellas, luego nos darán la llave para poder pasarnos el juego (terminar el juego sin estas habilidades especiales hacen que el título sea mucho más difícil además de quitarle la gracia a los tiroteos, así que os recomiendo encarecidamente que busquéis las Arcas).
El combate en el juego funciona la perfección, siendo un baile de muerte y destrucción donde nosotros siempre somos los protagonistas. Además, pese a no haber demasiada variedad en los enemigos (al final os podéis llegar a cansar de matar siempre a los mismos bandidos, centinelas o monstruos), la diversión de los combates consigue que nos olvidemos de esta falta de creatividad en la creación de los oponentes. El juego sabe cuáles son sus carencias y las tapa con sinceridad y buen hacer.
El apartado gráfico no es lo que nos prometieron
Una de las cosas que más me llamaban la atención de los vídeos que nos mostraban desde Bethesda es que el título se iba a ver de maravilla, con unos gráficos muy cuidados y con unos contrastes en los colores muy llamativos. Pero por desgracia esto no es así.
El juego no se ve mal, ni siquiera para 2019, pero los modelados siguen siendo bastante toscos y poco cuidados, habiendo algunos personajes que sí que están muy cuidados mientras que tenemos protagonistas que parecen hechos en 5 minutos con el editor. Ni si quiera las ciudades principales (que son dos) han sido creadas con mucho esmero, siendo esto un mal heredado del primer «Rage».
En nuestro caso hemos analizado el juego en PC y podemos decir que está bien optimizado (pese a errores puntuales con dramáticas caídas de FPS), habiendo disfrutado del mismo a máxima calidad gráfica -especificaciones en Ultra- y a 1440p -es decir 2,5K-, así que en este aspecto ni una pega. Además, y como punto a favor, desde Nvidia lanzaron drivers específicos para este título hace unos días, así que los jugadores tendréis de salida esta optimización gráfica que siempre viene bien.
En consola, al no haber aún análisis en profundidad como los que hacen en Digital Foundry, tan sólo os podemos decir que el juego funciona, según Bethesda, a 4K (no sabemos si nativo o o reescalado) y a 60 FPS en PS4 Pro y Xbox One X. Pero tranquilos que en cuanto publiquen sus datos los traeremos al análisis.
Para acabar este apartado recalcar que si el juego se ve poco inspirado a nivel gráfico (modelados poco inspirados, un arte bastante poco trabajado y colores más planos de los que prometieron), el rendimiento es bastante bueno, cosa que ayuda a la experiencia ya que jugar a menos de 60 FPS a un título tan frenético no creo que le siente bien.
Conclusiones
Si os estáis preguntando si merece la pena un juego de apenas 12 horas de duración (si lo hacéis todo podéis alargaros hasta las 20 horas) ya os digo yo que sí, porque la experiencia que ofrece «Rage 2» es tremendamente divertida y notable. Con uno de los gunplays más divertidos de los últimos años y con misiones de lo más descabelladas, junto a un humor macarra e irreverente, esta secuela supera con creces a su predecesor.
Sus aciertos superan con creces a sus errores (la conducción es un dolor de muelas bueno) y los jugadores que disfruten de los shooters pueden encontrar en «Rage 2» un título en el poner a prueba su habilidad, ya que sus diferentes niveles de dificultad lo convierten en un verdadero reto si os lo ponéis en «Modo Pesadilla» (el jefe final en este modo es un verdadero horror), consiguiendo así la muy ansiada rejugabilidad.
A lo largo de este 2019 hemos visto a muchísimos Triples A salir y triunfar, estando la lucha por el GOTY del año muy reñida, y lo mejor es que este «Rage 2» no tiene la intención de ganar ningún premio (lo sabe y lo demuestra), sino que ha venido a que pasamos un muy buen rato. Y, sin duda, lo consigue.
Nota: 7.8
Equipos de pruebas:
Para analizar «Rage 2» hemos utilizado:
- PC (RyZen 2700X, RTX 2080 Ti 11 GB, 16 GB 3.200 MHz DDR4)
- Teclado y ratón
- ViewSonic XG2703-GS (27″, 1440p, 165 HZ y G-Sync)