Si bien desde un principio se pensaba que la realidad virtual iba a ser disruptiva en el sector, transformándolo todo, años después vemos que esto no ha sido así. Pero no ha sido por falta de ganas, sino que cambiar la forma de jugar de millones de personas es algo bastante difícil. Por fortuna, desde varias compañías, y sobre todo desde PlayStation, las ganas de crear buenas experiencias en realidad virtual no han cesado. Y «Blood and Truth» es una excusa genial para iniciarse en este mundo.
Tras hincharnos a tiros y sobrevivir a mil explosiones os traemos nuestro análisis del nuevo exclusivo de PSVR que sale a la venta mañana 29 de mayo en todo el mundo. ¡Desenfundad si queréis sobrevivir!
Muerte, familia, venganza y una trama con una organización secreta y la CIA. Si esto no es un guion de «Venganza» es que he perdido el norte y ya no sé ni reconocer un blockbuster cuando lo veo.
La familia Marks, y más concretamente nuestro protagonista Ryan Marks -soldado del ejército y combatiente en Oriente Medio- son quienes sostendrán una historia en la que la muerte del patriarca de la familia desencadenará una historia de venganza entre dos familias con importantes empresas (poco o nada legales).
Sin ser un guion redondo ni nada que no hayamos visto mil veces en la gran pantalla, consigue sostener el juego durante las 5 o 6 horas que nos ha durado el título y el toque de película de acción le sienta muy bien mientras nos decidimos si somos John Wick o Bryan Mills. Eso sí, preparaos físicamente porque con el enemigo número 100 que maté perdí la cuenta, así que calentad los gatillos.
Aquí entramos en un punto bastante personal, y es que no a todo el mundo le sienta igual la realidad virtual, y en mi caso la verdad es que me deja bastante tocado cuando llevo más de media hora jugando (tenéis que verme en un barco). Así que mis sensaciones empezaban siendo muy positivas y acababan con cierto mareo, culpa mía exclusivamente.
Quitando eso, la libertad que vemos en el título es genial, pudiendo utilizar nuestras manos para multitud de cosas, consiguiendo una inmersión brutal. Desde utilizar el destornillador, hasta subir escaleras de incendios, a arrastrarnos por el sistema de ventilación. Sin duda el jugador se siente protagonista de verdad.
A través del típico guiado a través de puntos por el mapa (no podemos movernos libremente por el mapa, y mis mareos lo agradecieron), Ryan Marks se abre paso por todo tipo de escenarios donde los pasillos son incontables y los enemigos más. Poniendo C4, hackeando cerraduras y resolviendo puzles (bastante fáciles) nos tocará ir avanzado en la trama, donde todo se va complicando, pero no en exceso.
El tracking del mando (nosotros hemos jugado con el Dualshock 4 ya que no tenemos los Moves) hace su papel, y la verdad es que no hemos echado un de menos un mejor control quitando un par de veces donde se volvió un poco loco el juego. Pero lo demás el registro del movimiento es bastante bueno, consiguiendo que si somos habilidosos las balas siempre se dirijan certeras a las cabezas enemigas. Si os lo curráis podéis recrear escenas muy espectaculares gracias al tiempo bala del que disponemos cada poco tiempo, donde el juego se convierte por segundos en una especie de «Super Hot» en VR muy bien llevado.
Sin duda, la relación con nuestro entorno y lo bien implementados que están los objetos a utilizar (hay una gran variedad de armas, algo digno de elogio ya que podemos ir cambiando de escopeta, fusil o pistola sin hacer repetitiva la acción), consiguen que sea una de las mejores experiencias en VR que tenemos actualmente, pero que puede llegar a marear si no estamos curtidos en estos entornos.
Creo que de lo que más me ha sorprendido el título es de lo bien que se ve. Sinceramente la primera hora me la pasé fijándome en los detalles, en las caras, en sus expresiones. Pese a jugar en una PS4 Pro (más del doble de potente que la versión normal), no me esperaba ese nivel gráfico. Eso sí, a cambio casi todos los objetos y escenarios suelen ser bastante planos y flojos, pero es que de algún sitio tenían que rascar.
Pese a no tener todavía un buen análisis técnico por parte de nuestros amigos de Digital Foundry, os puedo decir que el juego no sufre de bajones de FPS, yendo aparentemente a 90 imágenes por segundo sin mayor problema (pero no sabemos si nativos o utilizando el truco de la interpolación de imágenes que tan bien funciona), cosa que ayuda a «mitigar» posibles mareos.
El juego destaca gráficamente sin duda alguna, y pensando que lo está moviendo una consola como la PS4 Pro sin duda es para alabar el trabajo de London Studio, responsables y creadores los juego, y han hecho buena la condición de exclusivo porque le han sacado más jugo a la consola de lo que esperaba en VR.
Con este juego me pongo serio, ya que hasta ahora mis contactos con la realidad virtual habían sido más bien breves y menos serios (ejemplo de ello es el recién analizado «Everybody’s Golf VR») , pero con «Blood and Truth» las cosas han cambiado. Este juego es una experiencia digna de jugar y disfrutar, de las que te hacen plantearte hacerte con unas gafas VR.
El guion, la acción y los tiroteos hacen que estemos ante un Triple A de realidad virtual, ya no por presupuesto sino por el esfuerzo de Sony y de London Studio por crear un título a la altura de lo que muchos usuarios de VR demandaban.
Como puntos negativos tan sólo podemos decir que en más de una ocasión se nos fue la imagen, teniendo que reiniciar la misión, y que el tracking del movimiento está lejos de ser perfecto, dejándonos vendidos en mitad de tiroteos más veces de las que nos hubiese gustado. Ah, y que los puzles son ridículamente fáciles.
Juegos de este corte apenas hay en el catálogo a día de hoy, así que si tienes unas gafas de realidad virtual no deberías dudar en hacerte con «Blood and Truth», y si estabas pensando en hacerte con unas hazte un favor, y cómprate el genial «Astro Bot» y éste, no te arrepentirás.
Para analizar «Blood and Truth» hemos utilizado: