Análisis del Total War: Warhammer 2, una secuela muy ambiciosa
- 6 octubre, 2017
- Sergio Armero
Un nuevo mundo, cuatro nuevas razas y una mecánica de juego totalmente distinta y trepidante. El «Total War: Warhammer 2» no ha querido ser continuista y ha apostado fuerte en una secuela muy esperada
El año pasado, ante el lanzamiento de la primera entrega de “Total War: Warhammer”, tanto los seguidores de la aclamada saga de videojuegos, como los fans del mítico juego de mesa, albergaban serias dudas sobre el éxito del juego.
Los primeros, desconfiaban de dar el salto al mundo fantástico que propone el universo Warhammer, ya que supondría incorporar una enorme cantidad de elementos inusuales como la magia o las criaturas monstruosas en una saga de videojuegos que siempre había destacado por su fidelidad histórica.
Los segundos, por otro lado, dudaban de la capacidad de Creative Assembly, sus desarrolladores, para conseguir plasmar la riqueza y la diversidad del universo Warhammer en un Total War.
Tras el lanzamiento de la primera entrega, podemos afirmar que todas estas dudas fueron disipadas. El juego fue aclamado por la crítica y, aunque no exento de fallos, tanto unos como otros coincidieron en que era un juego de estrategia que marcaría un antes y un después en la industria.
Después de este rotundo éxito, llega el turno de su secuela, al Total War: Warhammer II. Se enfrenta a la difícil tarea de traer un soplo de aire fresco a lo que ya fue una gran novedad en la escena de los juegos de estrategia. ¿Será capaz de replicar el éxito de su antecesor, o se quedará en un simple DLC con ínfulas de juego completo?
Total War: Warhammer II estrena nuevo escenario: el Nuevo Mundo. Éste es de un tamaño muy superior a lo que hemos visto con anterioridad. Se encuentra situado al oeste del Viejo Mundo, con cuatro grandes masas de tierra y océano, donde las principales razas del juego lucharán a muerte por dominar a las demás. El escenario de campaña hace gala de una calidad gráfica impresionante y un diseño artístico muy trabajado, que realmente consigue transportarnos una vez más a los escenarios fantásticos de Warhammer.
Las 4 razas
Todo este espacio sería en vano sin unos protagonistas a la altura, y sin duda, las cuatro nuevas razas consiguen llenar de vida hasta el último rincón del Nuevo Mundo. Cada una de ellas ofrece un estilo de juego bien diferenciado, que invita a jugar una y otra vez la campaña al mando de los distintos héroes legendarios a nuestra disposición.
Los altos elfos son los grandes maestros de la diplomacia, extendiendo su influencia allí donde más les interesa, bien para forjar alianzas, bien para provocar guerras entre sus enemigos. A pesar de no tener una gran resistencia física y ser reducidos en número, son expertos en el arte de la guerra, ya que disponen de algunas de las unidades más diestras en el campo de batalla, además de numerosos dragones.
Los elfos oscuros, por su parte, prefieren esclavizar a sus enemigos. Para ello, se valen de las Arcas Negras, verdaderas ciudades flotantes con las que asaltar el territorio enemigo. También cuentan con criaturas impresionantes como la Hidra o el Dragon Oscuro.
Por su parte, los Hombres lagarto defienden las selvas de Lustria, donde sus fortalezas forman una antigua red que canaliza poderosas corrientes mágicas. Luchan subidos a lomos de gigantescos dinosaurios, y son comandados por los imponentes magos Slann.
Por último, los Skaven, se multiplican sin cesar, arrasando con todos los recursos naturales y extendiendo la corrupción por el mapa. Aunque de naturaleza cobarde, basan su fuerza en el número, en poderosas piezas de artillería y creaciones monstruosas como la temible “Abominación del pozo”.
El vórtice
El modo campaña de Total War: Warhammer II gira entorno a esta nueva mecánica en la que las diferentes razas tendrán que ganar la carrera por controlar el vórtice mágico de Ulthuan, y utilizar el gran poder que contiene en su propio beneficio. Esto supone una de las mayores revoluciones en la saga y dota al juego de una gran profundidad a nivel estratégico, pues ya no basta con la dominación militar para alcanzar la victoria.
Para dominar el vórtice, cada facción necesitará recolectar una serie de recursos especiales que le permitirán, una vez acumulados, realizar los rituales necesarios en determinadas ciudades. Al comenzar cada rito, las ciudades donde se esté celebrando serán atacadas por numerosas fuerzas del caos que despiertan ante la poderosa señal mágica que enlaza el vórtice con el ritual. A su vez, el resto de facciones también intentarán frenar el ritual por todos los medios para mantener la ventaja.
Defender nuestro territorio, mientras intentamos truncar el progreso de nuestros rivales, se convierte en todo un reto.
Si a todo esto añadimos la abundancia de eventos y misiones secundarias con las que nos encontramos, la diversidad de territorios y sus diferentes climas, las ruinas que podremos explorar, la gestión de nuestras ciudades, o las relaciones diplomáticas y comerciales, el resultado es una campaña frenética en la que no pasa un turno sin tener que gestionar algo, y donde la incertidumbre sobre qué facción conseguirá alzarse con la victoria se mantiene durante toda la partida.
Aunque la inteligencia artificial ha mejorado, no está exenta de fallos, y en ocasiones nos deja la sensación de que no ha utilizado todos los recursos que tenía a su alcance. Igualmente, el sistema diplomático y de comercio es excesivamente simplista y echamos en falta algo más de profundidad.
Sorprende gratamente que, a pesar de la inclusión de una gran cantidad de facciones y del considerable tamaño del mapa, el juego ha conseguido mantener la fluidez, denotando el buen trabajo de los desarrolladores a la hora de optimizar esta entrega. Esto puede apreciarse en detalles como el cambio a la vista estratégica, que ahora tiene una transición más natural.
No obstante, el juego sigue requiriendo equipos de cierta potencia para procesar todos los movimientos que realiza la inteligencia artificial.
El campo de batalla
Si el mapa de campaña resulta impresionante, los escenarios en los que tienen lugar las batallas no se quedan atrás. Las tupidas selvas de Lustria, los eriales de Naggarond o las praderas de Ulthuan forman escenarios diversos y espectaculares. Con esta entrega vuelven las batallas al frente de las ciudades (para los asedios en asentamientos que carecen de murallas), y también las batallas en el puente, que añaden mayor variedad visual y estratégica a los campos de batalla. También es de agradecer el incremento de árboles, colinas y otros elementos que se han añadido a los mapas abiertos, los cuales pecaban de ser demasiado sobrios.
Por su parte, las animaciones de las tropas han alcanzado un gran nivel, incluso mejor que su predecesor. Con especies tan características como los Hombres lagarto o los Skaven (hombres rata), y la gran cantidad de criaturas que pueblan este nuevo “Total War: Warhammer 2”, es un placer hacer zoom sobre una unidad y fijarse en sus movimientos al combatir, correr, o realizar una carga.
Cabe destacar la inclusión de animaciones especiales para los enfrentamientos entre monstruos, o entre héroes legendarios, una novedad que nos ha hecho perder muchas tropas en la otra parte del campo de batalla, mientras mirábamos un duelo de nuestro general.
Conclusión
“Total War: Warhammer II” es una muestra de originalidad por parte de Creative Assembly. Han demostrado que además de añadir pequeñas pero acertadas mejoras, son capaces de arriesgar y crear mecánicas innovadoras y divertidas.
El resultado es un juego brillante que ofrece horas y horas de estrategia. Cuatro facciones radicalmente diferentes con las que jugar en un modo campaña que consigue mantener la incertidumbre, la dificultad, y la épica hasta el final.
No obstante, es probable que lo mejor esté aún por llegar, pues los desarrolladores no dejan de añadir contenido a esta saga. Ya han anunciado que los poseedores de este juego y el anterior podrán disfrutar de un modo de juego llamado “Imperios Mortales”, donde fusionarán los mapas y las razas de cada juego.
Humanos, orcos, enanos y vampiros volverán a la batalla para luchar en un escenario de increíbles dimensiones.
Nota: 9,2
Equipo de pruebas:
Para analizar «Total» hemos utilizado:
- PC (Intel 6700K, RX 480, 8 Gb DDR4)
- Teclado y ratón
- ASUS MG279Q (27″ 1440p IPS 144 Hz)