El 31 de mayo de 2017 aterrizó en nuestras tiendas digitales favoritas la obra de los desarrolladores SMAC Games, «Tokyo 42», un pequeño indie que he podido disfrutar durante toda esta semana. Voy a hablar en este análisis únicamente del modo historia, porque desgraciadamente el multijugador parece muerto. Aclarado este punto pasemos a lo que interesa, a ver qué tal les ha salido la jugada a la gente de SMAC Games.
El argumento del juego nos pone en la piel de un fugitivo de la ley en una carrera para limpiar nuestro nombre, acusados de un crimen que no hemos cometido, un asesinato. ¿Como vamos a hacer esto?, pues convirtiéndonos en asesinos a sueldo. ¡Disonancia ludonarr…..!. Esperad, un segundo, que todo tiene una explicación.
Mientras apagáis las antorchas os pongo en antecedentes. En el futuro de «Tokyo 42» existe una cosa llamada NanoMed, que hace que sea virtualmente imposible morir. De ahí que sea tan grave el delito del que se te acusa, y de ahí que podamos alegremente dedicarnos a matar gente sin consecuencias. Nuestros objetivos morirán a nuestras manos, sí, pero para volver a la vida sin más efectos secundarios que lo que pueda escocer que te atraviesen la columna con una katana.
Nos habremos convertido es poco más que un autónomo, un mensajero a puerta fría que va repartiendo notificaciones a ciertos sujetos que precisan ser informados, de la manera más expeditiva posible, de que su actitud no es la más correcta. Que esta manera implique que vean el color de sus entrañas mientras se desparraman por el suelo, es como mucho circunstancial.
Estos son los tres pilares en los que se asienta la jugabilidad de «Tokyo 42» y quizá donde reside su mayor problema. Y es que el control no es todo lo fino que debería, y he probado con mi amado Steam Controller, con teclado+ratón y con el mando de 360. Solo con el mando de 360 he conseguido cierto equilibrio entre plataformeo y partes de disparos. Pero veamos punto por punto las tres mecánicas principales.
Para paliar un poco esto (y poniendo las cosas un poco más fáciles de lo que debería en las misiones de sigilo) el sistema de puntos de guardado (checkpoints) está bastante bien pensado y contaremos cada poco con un punto en el que seguir con la misión si cometemos algún error fatal.
Mucho me temo que es el momento de volver a encender esas antorchas, porque ahora sí nos encontramos con nuestra amiga la disonancia ludonarrativa. El juego hace hincapié con la premisa de que las personas que matas vuelven a levantarse a los pocos minutos, y acto seguido no solo vemos que tenemos que repetir misiones si morimos (cosa absurda si vamos a resucitar) si no que los guardias y demás enemigos que abatimos no se levantan, convenientemente, al menos hasta que no acabamos la misión. ¿Esto rompe el juego? No, pero oye, queda raro y siempre está bien decirlo.
Y nos plantamos ante uno de los puntos fuertes de «Tokyo 42», el apartado artístico del título es sublime en su mayor parte, la ciudad de Tokio está representada como si fuera más una maqueta extremadamente colorista llena de miniaturas vivas, que una ciudad real. Todo en ella está cuidado hasta el más mínimo detalle y poder recorrerla entera desde el principio es una gozada, más si además le añadimos una banda sonora espectacular que acompaña en todo momento y le da un toque futurista al todo el conjunto. En este apartado solo tengo una queja, las conversaciones se resuelven con unos personajes en primer plano, pixelados y bastante toscos, con una dirección de arte que no cuadra en absoluto con el resto de la obra y que a mí por lo menos me han chirriado bastante.
«Tokyo 42» es un juego pequeño sin grandes pretensiones que destaca por lo artístico y hace aguas en la parte mecánica. Una gran idea que a ratos está muy mal llevada a cabo y que deja un sabor agridulce. Si vas a piñón la historia principal no es demasiado larga, pero las secundarias, aunque repetitivas, son un gran acierto para tomarlas poco a poco, como pequeñas piezas de sushi. Tiene también un DLC llamado Smaceshi’s Castles, que no pasa de ser tres zonas donde poner a prueba nuestras habilidades en misiones de sigilo, parkour y disparos. No es un mal añadido para aquellos, como yo, a los que les apetezca volver a la ciudad de Tokio y su impresionante puesta en escena a echar partidas cortas de tanto en tanto.
Podéis encontrar «Tokyo 42» en PC (Steam, GoG), PS4 y Xbox ONE
Para limpiar nuestro nombre empapando nuestra katana en sangre ajena hemos utilizado:
-PC (RyZen 1600, RX 470 8GB, 16GB de RAM)
-Mando Xbox 360
-Asus VH228T 1080p