

Un territorio gélido, invernal rodeado de nieve y un volcán en erupción es lo que nos espera durante nuestra travesía en «The Frozen Wilds». Me gustaría decir que este DLC abre un nuevo abanico de posibilidades y aporta una visión nueva y mejoras radicales al mundo de Horizon pero no es así. Pero, atención, eso no significa que sea malo.
Cuando tienes una buena idea, lo ideal es modificarla lo menos posible o añadirle pequeñas mejoras que la hagan aún mejor y eso es lo que vemos en esta nueva aventura. El Horizon de siempre, el que nos cautivó, con nuevas misiones que nos ayudan a terminar de entender qué pasó con el mundo.
Lo que más nos ha gustado de «The Frozen Wilds»es la belleza del paisaje y el colorido de sus escenarios
El hielo y la nieve son los protagonistas y la ventisca su aliada. En esta nueva zona del mapa nos trasladamos al norte, más allá de las montañas. Nos adentraremos en El Tajo, territorio Banuk, una tribu que ya conocimos brevemente durante las misiones principales de Horizon Zero dawn.
Los Banuk son fieles a la mística, tienen unas creencias y un folklore fuerte y enigmático, se incrustan en la piel elementos metálicos de los dinosaurios robots, dibujan y pintan figuras inmensas en las montañas, tienen chamanes que realizan rituales tribales para ver el futuro, poseen una misteriosa conexión con las maquinas pero sobre todo, les encanta cazar.
La misión principal está vez sí nos deja elegir, más o menos, como encauzar la historia y eso se agradece. Las decisiones tendrán peso y serán relevantes para terminar la trama.
Otro punto fuerte es la mejora de los personajes, por fin vemos a una Aloy algo más suelta en las relaciones sociales y con más personalidad. Los personajes secundarios no se quedan atrás y durante las misiones secundarias nos acompañarán para ayudarnos a completar algunos desafíos haciendo que conectemos mucho más con sus vidas.
Durante la campaña nos encontramos con viejas y conocidas misiones, como ayudar a ciudadanos, nuevos calderos de máquinas, que nos permitirán controlar nuevos ejemplares de robots o los míticos terrenos de caza donde podremos probar las nuevas armas.
Si te estás preguntando ¿Qué cosas nuevas hay en «The Frozen Wilds»? La respuesta es rápida y sencilla, nuevas bestias. Más temibles, más grandes, más difíciles. Encontraras un nuevo elenco de criaturas metálicas poseídas por lo que los Banuk llaman “El Maligno”, que añadirá a las máquinas aún más fiereza y convertirán tus combates en una batalla espectacular. Un consejo, aunque las misiones recomienden un nivel 30, si quieres sobrevivir es recomendable que añadas muchas pociones a tu bolsa.
También encontraremos nuevas vestiduras y armas para equipar a nuestra protagonista. Los nuevos arcos otorgan una cierta mejora con sus predecesores pero los atuendos no superaran a la gran armadura “Tejeescudos” (que seguro que conseguiste del Arsenal Antiguo durante una misión secundaria del juego original) pero añaden un plus visual más acorde a las tierras gélidas donde nos encontramos.
En cuanto a las habilidades de Aloy, también hay novedades. En esta expansión se desbloquean 8 nuevas facetas que mejorar. Con ellas podremos implementar el inventario, reparar máquinas, recolectar mejores piezas de los restos o atacar saltando sobre nuestra montura.
Hay dos formas de verlo, algunos esperaban que «The Frozen Wilds» fuera casi una nueva aventura, con una historia distinta y otros simplemente esperaban que fuera lo que es, un DLC, una historia con un nexo fuerte con la anterior que nos emplaza en una nueza zona dentro del mapa original. Lo cierto es que The Frozen Wilds reúne todos los ingredientes para pasar un buen rato, la trama es sencilla pero nos vuelve a enganchar a un juego visualmente abrumador y con unos combates bestiales.
Los personajes han mejorado, tenemos nuevas armas, nuevos oponentes y casi 15 horas por delante de diversión paseando por unas tierras congeladas bajo las estrellas y la aurora boreal.
Para analizar “The Frozen Wilds” hemos utilizado: