Análisis de Sherlock Holmes The Devil’s Daughter
- 29 julio, 2018
- Sergio Gómez
La desarrolladora Frogwares lleva casi una década al cargo de las aventuras del detective más famoso del mundo. Veamos que tal les quedó su última obra, «Sherlock Holmes The Devil’s Daughter»
No es tarea fácil desarrollar obras sobre personajes tan míticos como pueden ser Sherlock Holmes y John Watson. Mucho más complejo si además te decantas por un género tan de nicho como es la “aventura gráfica” que, reconozcámoslo, no goza de la popularidad que tenía en los años 90. Con todo esto encima, parece difícil que Frogwares lleve casi una década desarrollando juegos del detective y que estos, además, tengan el beneplácito y el apoyo de los fans del género y del personaje. Hace dos años publicaron su, hasta el momento, última entrega, «Sherlock Holmes The Devil’s Daughter» y es la que vamos a ver ahora mismo en profundidad.
La hija del diablo y la falta de un hilo argumental claro
Este es, quizá, uno de las principales pegas que le veo a «Sherlock Holmes The Devil’s Daughter», la falta de una trama central importante sobre la que debería orbitar el título. No me malinterpretéis, el formato de casos inconexos que se nos presenta le sienta bien al juego. Es coherente con la obra de Athur Conan Doyle y es coherente con el personaje. Pero, desde el equipo de desarrollo, parece que hayan querido aportar una trama central que está muy de fondo y que se resuelve de manera atropellada y poco inspirada.
Tan atropellada y poco inspirada que, al principio, pensé que el tramo final del juego era parte de un DLC, por lo abrupto e inconexo del mismo. Por alguna razón parece que quisieran darle al juego un final espectacular como si de una película de Hollywood se tratara.
Hablando de eso, «Sherlock Holmes The Devil’s Daughter» está claramente influenciado en su estética y narrativa por las películas de Guy Richtie. No solo se parecen los personajes de Sherlock y Watson peligrosamente a sus homónimos de la gran pantalla, también se imitan la fotografía y los momento de acción de las películas más hollywoodienses del detective consultor. A mi particularmente no me parecería mala idea, si la ejecución fuera buena. Pero en este caso, la cosa tiene un tufillo a quiero y no puedo y, por desgracia, pasa más tiempo pareciendo un mal plagio que un buen homenaje.
Pistas, perfiles e interrogatorios
Esos son los pilares básicos de las mecánicas jugables. En cada caso deberemos, como buen detective, encontrar pistas, interpretarlas, interrogar a los posibles sospechosos y hacer perfiles personales de las personas implicadas en el caso. Con todo eso tendremos acceso a un minijuego de deducciones donde nuestros descubrimientos nos irán guiando hacia posibles resoluciones del caso.
Aquí entramos de nuevo en el fallido intento de imitar a sus contrapartidas del séptimo arte. En cada caso además de las pautas básicas que ya hemos mencionado, se nos incluirán una suerte de minijuegos y/o rompecabezas que suelen tener la particularidad de no repetirse entre casos y de intentar, en algunas ocasiones, meter con calzador mecánicas de otros géneros. Nos encontraremos con casos tan esperpénticos como zonas más propias de Indiana Jones, en las que tendremos que esquivar una piedra gigante que rueda hacia nosotros en una reconstrucción imaginaria del caso o, por ejemplo, una pelea de bar en la que deberemos elegir acciones en orden, en un caso flagrante de prueba y error de manual.
Pasa de nuevo como a nivel de ambientación, en general los puzles están bien llevados, y que cada caso tenga una parte de mecánicas casi única me parece una apuesta arriesgada pero valiente y hasta cuenta con algunos QTEs bastante bien traídos. El problema llega con las partes más cinematográficas, con zonas de sigilo, persecuciones del baratillo y con la inclusión de ciertos momentos casi ridículos (por ejemplo, zonas en las que literalmente mueves cajas para hacerte un camino, muy de juego 3D de finales de los 90). Que estas partes se puedan saltar apretando un botón del mando sin más consecuencia que perder el logro que toque, es indicativo de que alguien sabía que estaban mal implementadas de base.
Hay otra cosa que me ha molestado bastante, he jugado el juego en el mayor nivel de dificultad y aún así el título me ha llevado de la mano casi constantemente. A cada momento puedes mirar cuales son tus objetivos y tareas a corto plazo, no he tenido nunca esa sensación de no saber por donde tirar o que hacer. Una de las cosas que debería hacer una aventura gráfica de Sherlock Holmes, es que te sientas la persona más inteligente de la sala. «Sherlock Holmes The Devil’s Daughter» consigue lo contrario, te hace sentir el niño más tonto de la clase, al indicarte a cada momento qué debes hacer y donde.
Como he mencionado antes, en cada caso tendremos diferentes resoluciones (solo una será la correcta) y podremos equivocarnos y acusar a un inocente del asesinato que toque. Es una mecánica que ya había visto en «L.A. Noire» y que me parece muy interesante, pero que por desgracia parece tener pocas repercusiones. Acertar o no en la resolución de los casos afecta muy poco al desarrollo del juego y le quita importancia a un momento que por otra parte debería ser clave dentro de cada caso. A esto hay que sumarle un intento de marcador moral a final de cada caso. Permitiéndote no solo apuntar al culpable, si no decidir su suerte, dejándole caer todo el peso de la ley o exonerándolo para que se libre así de toda culpa.
God save the Queen
Por suerte «Sherlock Holmes The Devil’s Daughter» está ambientado en el Londres victoriano de finales del siglo XIX y, aunque el juego no es ningún portento técnico, sí que tiene un acabado artístico bastante redondo. Las calles de los barrios bajos de Londres están bastante bien recreadas y las gentes que las pueblan dan verosimilitud a un juego, por lo demás, con unas actuaciones más que decentes. Quizá lo peor del juego sean las animaciones, en particular las de nuestro protagonista, pero siendo una aventura gráfica y de un estudio modesto, tampoco vamos a ponernos tiquismiquis en este aspecto.
Conclusión
«Sherlock Holmes The Devil’s Daughter» no es una revolución en ningún aspecto. Y por desgracia aunque brilla con luz propia en ciertos aspectos del título, en otros mete la pata estrepitosamente. A aquellos amantes de las aventuras gráficas y en particular del londinense detective, se lo puedo recomendar, e incluso a aquellos que deseen iniciarse en el género.
Son unas 7/8 horas en las que meterse en la piel de Holmes para resolver cuatro asesinatos, sin más pretensiones que entretener a aquel que esté a los mandos. Si no sois mucho del género (o por lo tanto ya os habréis pasado por los títulos más relevantes del mismo) o del personaje, hay aventuras gráficas mejores en el mercado para vosotros. Por mi parte sigo prefiriendo “Los archivos secretos de Sherlock Holmes: El caso del escalpelo mellado” como ejemplo de una buena aventura gráfica basada en el mejor detective del mundo.
Podéis encontrar «Sherlock Holmes The Devil’s Daughter» en PC (Steam, GoG), PS4 y ONE.
Nota: 5,5
Equipo de pruebas:
Para resolver crímenes y correr delante de piedras gigantes en «Sherlock Holmes The Devil’s Daughter» hemos utilizado :
- PC (RyZen 1600, RX 470 8GB, 16GB de RAM)
- Steam Controller
- Asus VH228T 1080p