Esta nueva entrega, que salió adelante gracias a Indiegogo, nos llega de la mano de la gente de Big Deez Productions, siendo este el primer título de la desarrolladora y han optado por el Beat’em up como genero para traernos las nuevas aventuras de Shaq, olvidando así ese intento de juego de lucha que fue el primer Shaq-Fu. Parece raro que hayan elegido un género tan poco prolífico en estos tiempos que corren pero, creedme, no le sienta nada mal.
Y no digo esto de manera despectiva en absoluto, el argumento de Shaq-Fu: A Legend Reborn no podría ser más loco y más maravilloso a partes iguales. La historia nos pone en las enormes zapatillas de Shaq Fei Hung, el chino más negro, más alto y más letal de la república popular, encargado de detener a un puñado de celebridades que han resultado ser demonios con ansias de dominación mundial.
Si esta idea no os ha vendido el juego ya, no tenéis corazón. Pero no os preocupéis, porque toda la trama está plagada de guiños y de un sentido del humor que a veces peca de demasiado juvenil, pero que a mí personalmente me ha hecho reír las tres horas que me ha durado el título.
Esto es un “yo contra el barrio” de manual, no esperéis una revolución en ese aspecto, tenemos un ataque flojo, uno fuerte que se carga usando el flojo creando una especie de combos sencillos, una carga especial para atontar a algunos enemigos (y que sirve para esquivar ataques) un especial que hace daño de área para hacer control de masas y una suerte de ataque contextual que dependiendo del momento hará una cosa u otra, desde un agarre a devolver un proyectil a dar un golpe fuerte. A eso sumamos una esquiva un tanto tosca, salto y, por supuesto, la opción de usar armas que van desde una espada a un barril de cerveza. Como veis nada nuevo.
Un momento, hay un par de cosas que sí que son más raras de ver en este género. Primero, las armas que podemos coger del escenario se regeneran, dándonos la oportunidad de darnos el gusto de usar las mismas sin preocuparnos de quedarnos sin ellas.
Segundo, tenemos los trajes especiales para “Shack Attack”, contando por el momento -ya hay anunciado un DLC que no he podido probar aún- a Shaq Diesel (Big Diesel) y el ShaqTus (Big Cactus), ambos nos convierten en máquinas de matar imparables que transforman a las oleadas de enemigos en poco más que una fase de bonus encubierta.
El juego consta de seis fases muy diferenciadas entre sí en ambientación y enemigos aunque, y como es habitual en este tipo de juegos, el reciclado de enemigos, sobre todo en la última fase, es más que evidente. Cada fase cuenta a su vez con un jefe final, que a diferencia de lo normal en el género no vuelven a repetirse en absoluto. No son combates demasiado exigentes, y en más de una ocasión, cuesta más llegar al boss de turno que acabar con él.
Lo he jugado en modo “Normal” y ha sido un paseo para Superman O’Neil, el problema es que en modo “Difícil” se me estaba haciendo algo cuesta arriba, principalmente por un control algo tosco al principio. Lo bueno de esto es que ahora puedo empezar una nueva partida o revisitar alguna de las fases eligiendo en que punto de control quiero empezar y en la dificultad que desee.
Recapitulemos: un beat’em up que no innova y que tampoco llega al nivel de clásicos como «Cadillacs and Dinosaurs», un control tosco al principio, una duración tirando a corta y un claro downgrade a nivel gráfico y jugable si tenemos en cuenta lo que se mostraba en la campaña de Indiegogo son, probablemente, los peores puntos de este título.
Para compensar tenemos un argumento loquísimo, un sentido del humor muy llano pero efectivo, unas mecánicas entretenidas, cierto nivel de rejugabilidad, una estética sencilla pero efectista y una banda sonora más que acertada. Mencionar también que, aunque el juego viene sin doblar, sí que llega con todos los textos perfectamente localizados al castellano.
He disfrutado mucho «Shaq-Fu: A Legend Reborn» y planeo darle otra vuelta en “Difícil” solo por el placer de jugarlo de nuevo. No diré que es una compra obligada, pero si os gusta el género y lo podéis pillar barato os dará un buen rato de risas y entretenimiento. Quizá la mayor pega que le veo es qué es para un solo jugador, y eso en este tipo de juegos es imperdonable. Pero es probablemente el mejor juego basado en Big Aristotle.
Para patear culos de celebrities con The Godfather en «Shaq-Fu: A Legend Reborn» hemos utilizado: