Análisis de God of War: ¿El GOTY de 2018?
- 2 mayo, 2018
- Angel Lopez Castellanos
Después de llevar a cabo su vorágine de venganza con los dioses del Olimpo, Kratos regresa a «God of War» totalmente cambiado, decenas de años después y en un escenario ambientado en la mitología nórdica
Este 20 de abril se estrenaba «God Of War». Así, a secas, sin numeración, porque no la necesita. La nueva aventura de Kratos firmada, como siempre, por Santa Monica Studios en un giro arriesgado en todos los sentidos: mecánicas, jugabilidad, guión, apartado gráfico, estilo de juego, posición de las cámaras…
Todo ha cambiado en «God Of War», pero, ¿es este cambio positivo? Ahora, después de 40 horas de juego, os podemos decir sin temor a equivocarnos que no solo es un cambio de lo más acertado, sino que tenemos ante nosotros al mejor contendiente a GOTY 2018 a día de hoy, y un juego que será recordado como uno de los más emblemáticos esta generación.
De padres a hijos: una historia excepcional
La premisa de «God Of War» es sencilla. Muchos años después de esta saga, Kratos se encuentra en algún lugar de las tierras nórdicas, con un hijo, Atreus, y una mujer recién fallecida. Su última voluntad es que nuestro dios espartano y el chico lleven sus cenizas a «la montaña», un lugar emblemático que centra la acción y el argumento del juego.
Por el camino, no solo descubriremos un argumento sobresaliente, sino una relación padre e hijo que muy pocas veces se ha visto tan desarrollada en los videojuegos. De hecho, nos atrevemos a decir que es la que mejor se ha plasmado, y de la forma más emocional. Lo sentimos, Ellie y Joel, porque por fin tenéis unos rivales (amistosos) a la altura. Y es que, dejemos una cosa clara, «God Of War» posee una historia y narrativa que os va a dejar la piel de gallina, pero aún mejor es la relación entre Atreus y Kratos, y cómo ésta se desarrolla.
Es una relación totalmente orgánica, que se ve acompañada de la jugabilidad. Atreus desconfía de Kratos, y eso no solo se refleja en la narrativa, sino también en el combate. Así, según avancemos, veremos una evolución totalmente natural de la relación entre ambos que afecta a todo lo que hacemos, y, esto sí, nunca se ha visto antes en un videojuego.
¿Pero, qué ha pasado con el Kratos que recordamos? Quizá, la magia del juego reside en que esa pregunta nunca se termina de responder del todo, porque estamos ante una saga nueva dentro de la historia del espartano, y las preguntas es posible (o no) que se respondan en el próximo o próximos títulos. «God Of War» cuenta una historia que se resuelve con gran acierto (el final del título es magistral), pero deja los suficientes elementos encima de la mesa como para dejarnos con ganas (muchas ganas) de más en los juegos que están por llegar.
Cambio drástico de jugabilidad: el hijo pródigo de «Bloodborne» y «The Last of Us»
La jugabilidad es otro elemento que ha sufrido un cambio absolutamente dramático. Y para bien. La cámara se sitúa ahora en el hombro del jugador, al más puro estilo Third Person Shooter, para ofrecer una panorámica cercana y despiadada de la acción y los combates, que esta vez ya no son solo violentos, sino crudos.
Cada combate es un acto de supervivencia, un día más sobre la Tierra, y Kratos ya no es el que era. En muchas cosas es mejor. Templado, maduro, con una gran responsabilidad encima, la de ser padre. Pero sin sus espadas del caos, esta vez es el turno del hacha que su fiera guerrera mujer, ahora difunta, le ha legado para que consiga cumplir su promesa. A lo largo de la historia iremos descubriendo el por qué de muchas cosas al respecto.
Es cierto que muchos echarán de menos ese estilo totalmente hack n’ slash, que ciertamente se recupera a medida que avanzamos (el sistema evoluciona de, uno crudo y complicado, a uno más enfocado a la acción a medida que desbloqueamos habilidades).
Además, esta vez estamos ante un título con fuertes componentes de rol. Evolucionaremos con Kratos. Su armadura, su hacha, sus atributos. E igual con Atreus. Es importante estar atentos a esto, ya que la exigencia en este sentido es alta. Hay caminos alternativos por los que deberemos desviarnos para conseguir cofres y piezas de armadura muy útiles que no conseguiremos de otro modo. Y dinero, mucho dinero, que nos servirá para mejorar al personaje.
La aventura no es lineal, sino que cada escenario es un «micro mundo abierto» lleno de misiones secundarias, coleccionables y retos muy chulos. Por ejemplo, hay unas «grietas» repartidas por el mundo que invocan a enemigos de alto rango muy desafiantes, con recompensas muy potentes pero que nos recordarán mucho a los «Dark Souls», ya que enfrentarse a ellos es prácticamente morir de un golpe. Estos momentos, son de los mejores del título y reflejan a la perfección lo mucho que el título ha cambiado.
¿Y Atreus? Es la pregunta que todos se hacen. No es un personaje jugable, pero evolucinarle y cuidar sus habilidades será fundamental. Sus flechas son muy útiles (aturden, paralizan, distraen enemigos, etc), pero según mejoremos sus habilidades y su relación con Kratos mejore, el chico se lanzará al combate de forma brutal para apuñalar a los enemigos por la espalda, o echarse a su cuello y asesinarles. Su inteligencia artificial es excepcional, y alcanza el perfecto equilibrio entre «no ser inútil» pero «no romper el juego». Otro aspecto, sin duda, muy cuidado por Santa Monica.
Gráficamente a la altura de «Uncharted 4»
«God Of War», y esto es innegable, pone un nuevo listón gráfico en esta generación. Muchos profesionales se encuentran divididos sobre si es mejor o peor que «Uncharted 4», el referente indudable en cuanto a calidad gráfica de esta generación.
Lo cierto es que hay ámbitos en los que supera a la obra maestra de Naughty Dog (iluminación, vegetación, animaciones del entorno) y cosas en las que está por debajo (tamaño de los escenarios, animaciones faciales de los personajes, sombras). Si podemos afirmar algo es que, como decimos en el título de esta sección, al menos está indudablemente a la altura.
Además, cabe destacar el colosal trabajo realizado en cuanto a rendimiento. 30FPS por segundo en PS4 y PS4 Slim a 1080P que decaen muy poco, y unos 60FPS que caen de forma puntual a 50-55 en PS4 PRO con su Modo Rendimiento activado, o, si elegimos su Modo Resolución, encontraremos unos muy satisfactorios 4K (2160p con checkerboard).
Ambientación soberbia y banda sonora magistral
Muchos dudaban del cambio de ambientación, pero la decisión de Cory Barlog, director creativo del título (y la cual ya tenía clara desde antes de acabar «God Of War 3») ha resultado un acierto formidable. Nuevos y ricos escenarios, un Lore que nos morimos de ganas por seguir descubriendo, y una banda sonora que te tiene con la piel de gallina en cada escena y combate.
Nos sorprenderemos demasiadas veces maravillados por los entornos, construcciones y mitología que el título nos muestra, deteniéndonos solo para admirar, porque «God Of War» es un juego que se presta totalmente a ello. Nada que añadir en este apartado, nada que criticar, porque cuando el arte es tan puro, no merece ser criticado. El cambio de look y de ambientación ha sido una de las mejores decisiones que se han tomado para la saga de Kratos, de lejos.
Conclusión: el GOTY de 2018 (a día de hoy)
Si hoy por hoy, tuviéramos que elegir un GOTY para este año, al menos en opinión de este humilde servidor, ese sería la aventura de Kratos. Hay juegos que enamoran, que se te clavan en el corazón, como el pasado año ocurría con «Zelda: Breath of the Wild«. Lógicamente y, salvando las distancias, la aventura de Kratos lo hace todo bien, todo lo cuida, con todo sorprende.
Tienes sus fallos, sí. Caídas puntuales de la tasa de fotogramas (muy puntuales). Algunos momentos de excesiva linealidad, ciertos cabos sueltos en la historia, algunos enemigos algo desequilibrados en ciertos puntos de la trama. Pero son pequeños fallos apenas imperceptibles, y cuando el conjunto general es tan bueno, justo es reconocerlo. Hoy por hoy, «God Of War» es el juego de este 2018. Sin lugar a dudas.
Nota: 9,5
Equipo de pruebas:
Para analizar “God of War” hemos utilizado:
- PlayStation 4 Pro
- Dualshock 4
- TV Samsung 1080p LED IPS