Análisis de Dishonored: La Muerte del Forastero, mucho más que una «expansión»
- 9 octubre, 2017
- Angel Lopez Castellanos
El anuncio de «Dishonored: La Muerte del Forastero» nos pilló a todos por sorpresa, y resulta un cierre argumental para la saga más que satisfactorio. Sin embargo, ¿sobrevive a las comparaciones con las tramas de Corvo y Emily?
El presente título llega un año después de la segunda entrega, por un precio reducido y constituido como una entrega sin numerar. Es lógico que “La Muerte del Forastero” haya levantado ampollas y detractores como ningún otro capítulo de la entrega.
Empecemos con un ejercicio de sinceridad: el título está a la altura de la saga, por lo que los aficionados de la misma no tienen de qué preocuparse. Sin embargo, por un precio reducido y una trama menor hay ciertos compromisos que todos esperábamos encontrar, y que finalmente han terminado siendo una realidad.
Historia entretenida y lúcida, aunque no es lo que muchos esperaban
En primer lugar, la duración. No supera las 8 horas a un ritmo moderado, y aunque eso hoy día parezca la medida estándar viendo como está el panorama, no deja de ser bastante poco, sobre todo comparado con la segunda entrega, que se situaba en las 15 horas, y además era totalmente rejugable, al menos en un segundo recorrido, debido a la dualidad Corvo / Emily. Hablando de los dos protagonistas del juego anterior, no hay color.
Ni siquiera Billie Lurke puede igualarse al carismático Daud, que consigue brillar con luz propia, ni mucho menos al mismísimo Forastero. Resultaba un personaje bastante prometedor, pero nos ha dejado con las ganas de que el desarrollo de nuestra heroína hubiera sido bastante mejor.
Sin entrar en demasiados destripes, de la trama solo diremos que arranca de forma sensacional, pero va perdiendo el ritmo muy rápido, por momentos se hace demasiado abrupta e incluso superficial, y aunque el final (polémico y, seguramente, que no gustará a algunos) salva bastante la trama a gusto de un servidor, todo da la sensación de que podía haberse hecho un poco mejor, de que es un juego de notable alto y no de sobresaliente, como es el nivel al que nos tiene acostumbrados la saga, y que quizá un año más de desarrollo y un número 3 detrás del título hubiera sido lo que este título necesitaba. Aunque claro, nada nos asegura que no vayamos a tener eso en el futuro…
Jugabilidad 100% Dishonored
Este es, junto a los siguientes apartados que comentaremos, la clave del título. Bajo una fórmula inmovilista que funciona francamente bien (ya sabéis eso de “si algo funciona, ni se te ocurra cambiarlo hasta que deje de hacerlo”), la jugabilidad del título es pura esencia Dishonored. Sigilo, estrategia, poderes, habilidad, muchos quebraderos de cabeza si queremos optar por la vía no letal y sobre todo, un diseño de niveles que resulta una auténtica delicia.
Los poderes, aunque no terminan de librarse del estigma de “son lo mismo que ya hemos probado otras veces, pero con distinto maquillaje”, resultan lo suficientemente atractivos como para que no reparemos demasiado en su ligero reciclaje, y es cierto que en la anterior entrega, Corvo (y sobre todo, Emily) estaban bastante “chetados”, y esta vez Lurke resulta una contendiente mucho más equilibrada.
De todos modos, como siempre, el verdadero desafío de Dishonored consiste en jugarlo en las dificultades más elevadas e intentando llevar a cabo la vía pacifista. En resumen: amantes de Dishonored, estaréis como pez en el agua; y aquellos que nunca os hayáis acercado a la saga, tanto por la facilidad de entrada como por los evidentes motivos argumentales, haríais mejor en daros una vuelta por la segunda entrega primero, regresando a esta después, pero esto tan solo es una recomendación personal.
Si queréis empezar sí o sí por esta entrega, podéis hacerlo, ya que la jugabilidad es el núcleo de la saga y esta se mantiene idéntica a la de los dos primeros juegos.
Gráficos y sonido: apartado artístico y banda sonora sobresalientes
Dishonored siempre ha tenido una peculiar característica y es la siguiente: pese a que su apartado técnico siempre ha sido de lo más “normalito” (correcto, conseguido en algunas cosas como las sombras y la iluminación, pero nada que nos quite el aliento), su diseño artístico y su banda sonora siempre han brillado de forma excepcional.
Esta vez, “La Muerte del Forastero” no es menos, y como ya hemos dicho, ofrece un diseño de niveles sublime y un apartado artístico que nos dejará sin habla. Dishonored: La Muerte del Forastero es un juego muy bello, que nos invita a explorar cada uno de sus rincones, a estar a la constante búsqueda de la información y los pequeños detalles en su entorno, y esa también es una de las grandes claves de la saga.
En cuanto a su banda sonora, como hemos dicho, poco que destacar porque realmente se mantiene muy fiel a la saga. Piezas muy conseguidas, con esa atmósfera única que nos transporta a esa realidad alternativa que tan bien construye Arkane.
También merece mención aparte el aspecto puramente sonoro: los ruidos, los sonidos de las armas y los escenarios, los diálogos de los enemigos y cómo reaccionan cuando nos oyen, cuando descubren un cadáver o les tendemos una trampa. Es una delicia jugar con ellos y ver plasmado ese terror psicológico que sufren en sus diálogos, murmullos, sustos y gritos, y que quizá sean una de las cosas que más poderosos nos hacen sentir en el juego.
A la altura de la saga, pero lejos de la segunda entrega
Hasta ahora, estaréis pensando que “La Muerte del Forastero” es un gran título, y sin duda esta afirmación es más que válida. Sin embargo, el problema viene cuando comparas el título con las entregas anteriores. Que sí, que no se debe comparar sino valorar una obra en su propia esencia, en su conjunto independiente, pero tratándose de una secuela de una saga tan querida es muy difícil no hacerlo. Y la segunda entrega fue demasiado buena, demasiado brillante, y su sombra es demasiado alargada.
No. Dishonored: La Muerte del Forastero no es Dishonored 2. Billie Lurke no es ni la sombra de Corvo y Emily. Sin embargo, seamos justos. Por 25 euros, el título cumple con creces. Es mucho más que una “expansión”, como criticaban algunos.
Cuenta una historia muy interesante, y se centra en uno de los personajes más queridos e intrigantes de la saga, el Forastero. En un año de desarrollo y a un precio tan reducido, no podíamos pedir un Dishonored 3 que nos sorprendiera tanto como lo hizo la segunda entrega, y eso es algo que todos sabíamos desde el principio.
¿Final para la saga?
Entonces, ¿qué? ¿Estamos ante el final de esta brillante saga? Argumento de esta entrega aparte (aquí sólo diremos una cosa, y es que algunos podrán interpretar que hay margen para más entregas, y otros lo podrán ver como un cierre absoluto), lo cierto es que todos queremos que la saga continúe, y visto todo el esfuerzo invertido por Arkane y Bethesda en la licencia, nos resultaría muy extraño no ver un “Dishonored 3”.
El universo creado con Dishonored es lo suficientemente amplio y desarrollado como para que su potencial sea prácticamente ilimitado, y realmente nos interesa mucho saber cómo se va a enfocar la saga tras este capítulo. “La Muerte del Forastero” podrá ser el cierre de una etapa, un cierre, insistimos, a la altura de la saga, pero ni mucho menos creemos que sea la conclusión de la misma.
Nota: 8
Equipo de pruebas:
Para analizar “Dishonored: La Muerte del Forastero” hemos utilizado:
- PlayStation 4 Pro
- Dualshock 4
- TV Samsung 1080p LED IPS