Análisis de Detroit: Become Human, el nuevo título de David Cage
- 3 junio, 2018
- Chema Carvajal Sarabia
Las obras de David Cage siempre generan interés, por su peculiar forma de contar y de desarrollar historias, y por ello hoy cogemos «Detroit: Become Human» con ganas e intriga
«Detroit: Become Human» comenzó con una demo técnica de Kara, una de las androides protagonistas del juego, hace ya cinco años, muchos inviernos y en una generación anterior (la demo salió en PS3). El interés de los fans lo consiguió y, desde entonces, los chicos de Quantic Dream, con David Cage a la cabeza, han estado trabajando en una propuesta muy ambiciosa con una historia que es bastante factible que veamos en un futuro.
El juego es exclusivo de PlayStation 4, así que si estás leyendo esto y no tienes la consola me temo que no podrás jugarlo. Aunque también agradezco que te quedes aquí un rato, ya sea por curiosidad, por interés en el título en sí, o por engrosar la lista de visitas y de tiempo de navegación de la web. Todas las opciones son igual de loables y meritorias.
Una historia creíble y adictiva
Este juego es, lo que muchos llaman, una película interactiva, donde nos relacionamos con el escenario con una serie de Quick Time Event (QTE) que nos aparecen de vez en cuando en la pantalla. Pues bien, cuando la jugabilidad es limitada tienes que tirar de otros recursos para hacer un buen producto, y vaya si lo hace bien aquí la gente de Quantic Dream.
La historia te atrapa desde el primer momento. Te coge y no te suelta, obligándote a que sigas agarrando el mando hasta que se resuelvan todas las incógnitas y consigas tus objetivos en la historia.
El poder elegir y dirigir las acciones del juego, repercutiendo luego en el desarrollo de la historia, los distintos finales e, incluso, las futuras acciones, hacen que tomes cada decisión con calma y pensando de verdad qué es lo mejor para el personaje en ese momento. Pero no nos adelantemos, que quiero hablaros de la historia.
David Cage en «Detroit: Become Human» nos presenta un Estados Unidos en el año 2038 en el que los androides forman parte en el normal transcurrir de la vida cotidiana. Son ayudantes, limpiadores, azafatos, enfermeros, etc. Ocupan casi cualquier cargo o posición en la estructura económica y laboral. Eso sí, sin cobrar y siempre siendo siervos de un amo, no son libres ni considerados nada que no sea un electrodoméstico caro.
Y claro, conforme pasa el tiempo lo normal es que si tienes unos androides casi imposibles de distinguir de los humanos, y que además son inteligentes (tiene una potente IA dentro cada uno), lo lógico es que vayan cogiendo consciencia de sí mismos y empiecen a pensar que, lo mismo, se merecen ser algo más que esclavos sin derechos y sólo con obligaciones.
Y todo esto nos lleva a encarnar a tres personajes. A Kara, una androide programada para ser cuidadora y ama de casa, que acaba huyendo y teniendo a su cargo a una joven llamada Alice. A Markus, un cuidador que se encarga de un pintor muy mayor, que acaba teniendo que huir de su hogar y buscarse la vida. Y a Connor, un androide policía creado para capturar e interceptar a los androides rebeldes (o, como los llaman aquí, divergentes).
Estos tres personajes nos presentan una visión totalmente diferente de un conflicto que nos ayuda a empatizar y a entender todos los puntos de vista. El punto de vista del androide divergente que quiere la libertad y que ve a los humanos como una raza enemiga, el punto de vista de la androide divergente que quiere la libertad pero que entiende y quiere a los humanos (por su relación con la niña), y el punto de vista de un androide que acepta que es un máquina creada para satisfacer los designios de sus creadores.
La forma de mezclarse, los dilemas y las situaciones que vivimos en «Detroit: Become Human» son de una riqueza y una profundidad rara de ver en los videojuegos. Es, sencillamente, un trabajo extraordinario de guion y de narrativa.
Mecánicas y forma de interactuar con el mundo de Detroit
Lo que más se le puede achacar o echar en cara a estas propuestas es su baja implicación por parte del jugador. No de forma emocional, ya que este juego conecta de maravilla con el usuario, sino de forma psicomotriz. Es decir, si para pasarnos un «God of War» sabemos que nuestra habilidad y nuestra pericia con el mando es fundamental y necesaria para superar los obstáculos, en Detroit esto no pasa y puede desconectar al jugador.
Andar, mirar, interactuar con algunos objetos y poco más. Todo eso intercalado con Quick Time Events y con cinemáticas de forma indiscriminada. En resumen, en «Detroit: Become Human» estamos ante una película interactiva, con todas las de la ley. Y esto no es necesariamente malo, en absoluto.
Como curiosidad, en las partes de cada androide hay unas mecánicas exclusivas de ellos. De Connor es reconstruir las escenas del crimen, para saber que ha pasado. La de Kara es esconderse para poder sobrevivir en un intercambio de escondites bien llevados en cuanto a tensión y ritmo. Y la de Markus es saber elegir qué ruta es la única posible para llegar a tal sitio elevado o derribar algún dron. No es algo muy complejo nada de esto, pero acaba siendo una señal de identidad de cada personaje.
Lo que sí podemos decir, en favor de Cage, es que la complejidad de los QTE es bastante rica. Presionar joysticks, pulsar botones, machacar el cuadrado y utilizar el giroscopio. Hay ciertos momentos en los que acertar todos los botones se hace realmente difícil, por lo que algo de atención y de reflejos tendréis que tener. Eso sí, yo hablo desde la experiencia de jugar en la dificultad alta, y no en la casual, sólo indicado para gente que sólo quiere la historia y poco más.
Distintos finales para distintas decisiones
Dicen desde Quantic Dream que el guion sobrepasa las 3.000 páginas. Y eso, amigos míos, no es un guion pequeño, para nada. Y esto se debe a la cantidad de acciones, decisiones, y distintos finales que podemos conseguir en Detroit, todos dependiendo de cómo juguemos y qué elijamos en cada momento.
Cada acción que tomemos nos abrirá distintas acciones en el futuro y/o cerrará otras. Si encontramos una foto que nos da información de un personaje, en determinado momento esa foto nos abrirá un dialogo que de otra forma no podríamos haber conseguido, llegando a un desenlace de los acontecimientos totalmente diferente de lo que estaba predefinido en un principio.
Cada vez que terminas un capítulo, el juego te muestra el árbol de decisiones tomadas, las otras opciones que había y los caminos que no cogiste (sin darte información, sólo son casillas blancas, así que te pica la curiosidad y casi te obliga a querer pasarte el juego otra vez tomando otras decisiones).
Esto puede llegar a abrumar y a agobiar, porque siempre ves que te estas dejando mil opciones sin coger y que te estas perdiendo decenas de resoluciones y desenlaces. Esto es parte del juego y hace que sea un título extraordinario, creado por un grupo de guionista muy por encima de la media, o con mucha más libertad para crear, ¿quién sabe?
Apartado gráfico
El juego es capaz de lo mejor y de lo peor, y voy a ser breve en esto. Las expresiones faciales de todos los personajes son una gozada para el jugador. Su recreación es tan perfecta (hecho con captura de movimiento en actores reales) que consigues creerte las emociones de los personajes en todo momento, algo que cumple el cometido de manipularnos eficientemente.
La empatía y el cariño que he llegado a generar con determinados personajes es preocupante, partiendo de que no soy un androide y jamás he compartido esos problemas tan serios, como el de liberar a mi raza.
A cambio, algunas texturas de vehículos o mobiliario quedaban algo más olvidadas, algo normal cuando tienes que cargar todo el proceso de calculo y potencia gráfica en unos rostros tan realistas.
El juego, a nivel cinematográfico, tiene tres o cuatro escenas poderosísimas, de esas que te hacen dejar el mando a un lado y disfrutar de algo que pensabas que estaba reservado para un cine, más que para la televisión del salón. Si hay que hacer un juego que parezca una película, hazlo bien, y esta gente lo ha hecho muy bien.
En cuanto a números, el juego puede ir de dos formas dependiendo si juegas en PS4 o PS4 Pro. En la versión básica de la consola el juego funciona a 1080p de resolución y a 30 FPS. En la versión Pro el juego alcanza los 2160 p pero con el reescalado checkerboard -por lo que nativamente irá a 1440p o a 1800p- y a 30 imágenes por segundo. Esta tasa de refresco es perfecta por una razón, y es que el juego está más cercano a una película que a un videojuego, así que esta tasa tan baja de FPS es muy «cinematográfica».
En cuanto a bugs sólo he visto dos, una pistola que desaparecía en las manos de un personaje y cuando Markus se metió dentro de un armario, no abriendo las puertas, sino mágicamente.
Conclusiones
«Detroit: Become Human» me ha sorprendido de forma increíble. Pude jugarlo en un evento de Sony durante más de hora y media, pero para nada percibí el potencial y el cuidado que tenía el título, ni la historia, la cual en ese tipo de presentaciones siempre es más difícil de apreciar.
La historia es poderosa, el ritmo cinemática/acción está cuidado al milímetro. No aburre y es altamente adictivo, como cuando ves una serie en Netflix y no quieres dejar de ver capítulos para descubrir el final, pero a la vez no quieres que se acabe. Sólo que en este caso tenemos la ventaja de que es altamente rejugable, así que acabarlo será algo que hagáis muchas veces si queréis descubrir todo lo que Quantic Dream preparó para los jugadores más curiosos.
Si eres fan de este género de juegos lo vas a disfrutar como un enano, si no eres fan -como es mi caso- dale una oportunidad, puede sorprenderte como a mí, que no veo el momento de rejugar el capítulo final para conocer los otros finales que hay.
Eso sí, os aconsejo, para mejorar la experiencia, que no rejuguéis los capítulos una vez terminados para ver las otras opciones, sino que lo juguéis de una y, una vez acabado el juego, os dediquéis a investigar. ¡Nos vemos al otro lado, divergente!
Nota: 9
Equipo de pruebas:
Para analizar “Detroit: Become Human” hemos utilizado:
- PlayStation 4 Pro
- Dualshocker 4
- Sony Bravia 1080p 40″