Análisis de Gears 5, el verdadero renacer de la saga
- 8 septiembre, 2019
- Chema Carvajal Sarabia
Tres años después de que The Coalition reiniciara la saga nos llega «Gears 5», un título lleno de acción, con toques de mundo abierto y una gran decisión que tomar. Sin duda es el más ambicioso, el problema es que esa ambición ha tenido un alto coste a pagar
Hoy estamos ante uno de esos análisis que hay que hacer con cuidado, con mimo y con mucha profesionalidad (como siempre, vamos), ya que la ocasión lo merece. Estamos ante una saga que es todo un mito, que inspiró a muchos otros que vinieron después y que fundó el concepto del shooter con coberturas (con una IA que te obligaba a buscar siempre la mejor posición). «Gears 5» no es sólo la quinta entrega de una saga, es el quinto juego de una franquicia mítica por sus propios méritos.
Si bien es cierto que en The Coalition han trabajado tres duros años en lanzar este juego, los márgenes se han estrechado mucho y eso el juego lo nota. Innova y presenta grandes y buenos cambios, pero el precio a pagar ha sido alto y es constante el que nos de una de cal y otra de arena. El juego es bueno, uno de los mejores de la saga, pero han fallado cosas que le quitan la opción de ser sobresaliente. Pero no nos precipitemos, vamos analizarlo en profundidad.
Kait como pilar de todo en «Gears 5»
Marcus, Cole, Baird, Santiago, etc. La saga Gears siempre ha estado protagonizada por grandes hombres, con brazos aún más grande llenos de anabolizantes que te hacían sentirte orgulloso de la CGO y de sus soldados. Un gear podía pegarse de tú a tú con un Locust porque, literalmente, era casi tan grande como una de esas bestias subterráneas. A mí me gustaba, me hacía sentir muy hombre al verlo y, ahora que tengo a Kait al frente de todo, no puedo estar más contento.
Kait Diaz, hija de Reyna, ha salido muy tocada del encuentro con el Enjambre, ya que la visión de su madre invadida y utilizada por el mal a combatir sigue en su cabeza. Visiones de Locust, sueños de sucesos futuros y revelaciones que nadie más podría saber le rondan por la cabeza. Nuestra prota está muy mal y tiene que buscar cual es el origen de todo esto.
Sí, «Gears 5» es un viaje en búsqueda de la verdad, uno de esos caminos que se toman para conocer quienes somos en realidad y, sobre todo, para conocer qué está tramando el enemigo, porque Kait y el Enjambre parecen demasiado unidos.
En este título (del cual no hablaré más de su trama por respeto a los futuros jugadores) presenta el guion más trabajado y complejo de la saga y, si eso normalmente es bueno, en un Gears tampoco os sabría decir, ya que aquí la historia es lo de menos, aquí se viene leído de casa y lo que queremos es pegar tiros. Aun así el guion y las interacciones con los personajes son naturales, fortaleciendo los lazos entre los nuevos protagonistas con conversaciones que van desde lo trascendental a los chascarrillos propios de los marines de cual película americana.
El juego mejora en la parte narrativa, pero no sabemos hasta qué punto le sienta bien al juego el hacer partes del mismo en el que nos tiramos sin apretar el gatillo del Lancer más de cinco minutos.
Tiros y más tiros, en un bar
Aunque antes hayáis leído que hay mucho diálogo, también hay muchos tiros, sólo que el espacio de tiempo entre ellos es más largo. Pero aun así la acción es frenética y para todos los gustos. El elenco de enemigos es grande (si no me falla la memoria creo que salen todos los enemigos que hemos ido viendo durante toda la saga) y las situaciones a las que nos exponen son variopintas. Tanto que tendremos que dominar con soltura casi todas las armas y registros, porque los combates serán a cualquier distancia y en cualquier terreno.
Creo que estamos ante el juego más exigente a nivel de dificultad, con una selección de enemigos y oleadas muy inteligentemente elegidas, tanto que hasta que la música no se pare no podréis respirar tranquilos. La mezcla de Locust, con Brumarks, Sciones y Boomers, entre otros, hace que los escenarios se tiñan de sangre y muerte y que tengamos que elegir muy bien a nuestro próximo objetivo (hemos muerto muchísimas más veces de las que querríamos admitir).
Y el ser el más exigente también viene de la mano con ser el más divertido como juego de disparos. Las armas tienen más personalidad que nunca, amén de que hay más variedad ya que el elenco también ha crecido, teniendo multitud de opciones para cada tiroteo (ay, la Garra, qué maravilla de arma) y con un sonido y una vibración en el mando de Xbox One que, de verdad, ha tocado techo en la saga. Pegar tiros suena, se siente y se ve mejor que nunca. En este sentido el juego es espectacular.
Entre las nuevas mecánicas e introducciones que hemos podido disfrutar está la incursión de Jack como protagonista. Hasta ahora en casi todos los Gears siempre nos había acompañado un robot de campo, el cual hacía las tareas de pirata informático y apoyo ingenieril, pero sin pena ni gloria. Pues bien, al poco de comenzar la aventura el bueno de Baird nos dará un nuevo robot de campo llamado Jack, y este no será un mero espectador, sino que su peso en el juego es enorme. Jack no sólo se convierte en necesario para abrir puertas o desbloquear ciertos elementos imprescindibles, sino que es un activo más en el combate.
A través de los «componentes» que se van encontrando por el mapa, hay que buscar, a Jack podremos ir mejorándolo a nivel defensivo y ofensivo (tiene una serie de mejoras que se pueden comprar), y además conforme avance la trama iremos recibiendo de parte de Baird mejoras clave para el robot, como puede ser hacernos invisibles o invulnerables por cortos periodos de tiempo o el poder hackear ciertos enemigos.
Jack es una sorpresa, y uno de esas que son tan agradables que bien merecen la pena cada segundo que dedicas a buscar por todo el mapa para tenerlo totalmente equipado. Jack lo merece. Jack se merece nuestro amor, hacedme caso.
Colorines de más en enormes escenarios
Aquí llega otro punto que es innovador en la saga. Si primero lo era el guion, ya que la parte narrativa ha llegado para echarle un pulso a los disparos, otra de las novedades es que tenemos «mundo abierto». Pero este punto cojámoslo con pinzas.
Si bien el juego, en el primer acto, sigue su correspondiente ordenamiento y dirección de pasillos y cobertura, con un camino que recorrer muy fácilmente reconocible, al llegar el Acto II la cosa cambio y vemos, por primera vez, un enorme mapa por el que poder caminar (o surcar en nuestro esquife, más comúnmente como trineo tirado por el viento) para descubrir ubicaciones secretas y hacer misione secundarias. Por primera vez tenemos historia que va más allá del hilo principal y por primera vez nos dejan a nuestra a bola.
Pero en verdad esto es tan sólo un pequeño truco, ya que la parte opcional representa una pequeñísima parte del juego y, en esencia, el 98% del enrome mapa que nos ponen ante nosotros está vacío. Literalmente vacío, dando la sensación que tan sólo está ahí para darnos la falsa sensación de mundo abierto y libertad que nunca antes habíamos tenido en un Gears. Eso sí, la diversión de conducir el esquife es indiscutible, ya que las escenas que deja y lo bien conseguido del deslizar en la nieve, con su ruido de rozamientos y el viento es de un mimo raro de ver para un desarrollo tan exprés.
Y, en cuanto a los colorines, motivo que citaba en el titular de este apartado, se nota que dejamos la Xbox 360 atrás, con esa paleta de colores marrones de la época en la que los que los motores gráficos tiraban por ese Pantone sucio y oscuro. Ahora la cosa ha cambiado, tenemos la Xbox One X y la compatibilidad con los PCs, así que en The Coalition desde «Gears 4» y ahora en «Gears 5» no han dejado pasar la oportunidad de crear escenarios super coloridos, llenos de vida y con unos contrastes difíciles de creer (el paso del Acto II al Acto III es ejemplo inequívoco de eso, del paso a extremos para demostrar el músculo gráfico e impresionar al jugador).
Este es el juego más detallado y cuidado de la saga, donde cada escenario o instancia está hecho con esmero (aún más que en «Gears 4» que ya había sido un salto cualitativo). Investigar tiene premio -en todos los sentidos, ya que hay muchos coleccionables y equipación útil para Jack, del que luego os hablaremos- y el equipo desarrollador lo ha hecho de tal forma que sale del propio jugador el perderse por los mapas, porque invita a hacerlo.
En este «Gears 5» los jugadores de la vieja escuela de la CGO se preguntarán varias veces si de verdad estamos ante un Gear of War, y no por algo malo, sino por algo muy bueno: el detalle.
Ah, y el juego luce sencillamente espectacular en Xbox One X y en PCs de gama alta. Tanto en iluminación como en modelado, este Gears está en la cumbre gráfica de la saga. Os hemos dejado sobre estas líneas el excelso trabajo de Digital Foundry viendo todas las opciones gráficas del juego y comparando un PC tope de gama con la Xbox One X.
Un juego con muchos más bugs de los que puede permitir
Aquí llega la parte negativa del análisis, la que no me gustaría escribir, pero de la que estoy obligado a dedicarle toda una sección, y es que los bugs no son puntuales en «Gears 5». Al juego le falta mucho trabajo.
Para empezar por la IA. Sí, para los menos versados en esta materia es la inteligencia artificial del juego, la cual siempre ha estado muy bien considerada pero que, literalmente, parece no haber sido tocada desde «Gears of War 3». Compañeros que no te levantan, compañeros que no te siguen, compañeros que se quedan pillados contra una cobertura, compañeros que no entran al ascensor contigo y se bloquea el juego, etc. De verdad es que no han sido pocas las veces que he tenido que reiniciar misiones para poder acabarlas, y el juego no es fácil (en Extremo y Locura la cosa se puede poner realmente exigente) y que después de 13 intentos consigas sobrevivir a la oleada y que por culpa de un NPC no puedas continuar la misión y que tengas que volver a hacerla es, literalmente, imperdonable en un triple A decano del sector.
Por no hablar de enemigos que se vuelven invisibles en mitad del combate y a los que no puedes matar porque han desaparecido, haciendo que la ronda sea infinita y que, de nuevo, tengas que reiniciar la misión.
Y, por último, y el preferido de Sergio Gómez, compañero de redacción, las desconexiones continuas del servicio de Gears Online, que nos echaba de la campaña que estábamos jugando una cada 40 minutos de media. Un juego con una vertiente multijugador tan grande no puede dejar este apartado de lado y, ahora mismo, el juego es casi imposible de pasárselo entero sin desconectarte de la red cada poco (este problema lo he consultado por varias redes sociales y a todo el mundo le ha ocurrido en incontables ocasiones).
Este apartado lastra y pesa demasiado a un juego que siempre se ha encontrado en el olimpo de los multijugadores.
Conclusiones de «Gears 5»
¿Estamos ante el mejor Gear of War de la saga? Yo creo que no, pero sí el más ambicioso y el que no llega a ser sobresaliente por detalles. Si quieres meter mundo abierto hazlo, pero cúrratelo más. Si quieres hacer un gran guion adelante, pero no cortes tanto el ritmo de la acción. Y si quieres que la gente juegue con amigos a una saga pensada para disfrutar con los amigos haz lo imposible porque el multijugador vaya bien siempre.
El juego ha asentado las bases de una evolución que debió verse en «Gears 4» y trae una carta de presentación de verdad, que dice «aquí estamos, somos Gears of War y hemos renacido». Sin duda este juego es especial y he disfrutado muchísimo con él, pero lo que propone no acaba de hacerlo de forma redonda, mientras que el «Gear of War 3», por ejemplo, en su planteamiento es más justo con los jugadores y algo más redondo.
Sé que algunos os estaréis preguntando por el multijugador competitivo, el modo Horda o el modo Escape y os confieso que apenas hemos tenido tiempo desde su lanzamiento de poder pasarnos el juego solos y en cooperativo (y en dificultad elevada así que he muerto más de lo que me gustaría) por lo que sería injusto hablar de una característica del juego que se merece, al menos, más de 30 o 40 horas para saber si aguantan bien el paso del tiempo. Pero tranquilos, que si nos decidimos a entrar en ese pozo de horas os traeremos nuestras impresiones, pero como un análisis aparte, como ya hicimos con el modo Firestorm de «Battlefield V».
The Coalition necesita más tiempo para hacer sus juegos, si lo tuvieran podrían haber creado un candidato al GOTY del año sin paliativos. Ahora tendremos que esperarnos al próximo en una nueva generación de consola y yo, mientras, voy a matar ese tiempo jugando infinitas hordas con mis amigos. Eso sí, si nos deja el Online.
Ah, se me olvidaba. ¿recordáis cuando dije en el subtítulo que había que tomar una gran decisión? Pues bien, actuad con el corazón, nosotros lo hicimos. Ahora toca ver como «Gears 6» es consecuente con nuestra elección.
Nota: 8,2
Versión analizada: Microsoft Store, a través del Game Pass
Equipo de pruebas:
Para analizar «Gears 5» hemos utilizado:
- PC (Ryzen 3700X, Gigabyte Gaming OC RTX 2080 8 GB, 16 GB RAM 3.200 MHz DDR4 CL16)
- Mando Xbox One 2º Gen
- ViewSonic XG2703-GS (27″, 1440p, IPS, 165 HZ y G-Sync)