Análisis del Call of Duty: WWII, una vuelta a los orígenes del género bélico
- 15 noviembre, 2017
- Chema Carvajal Sarabia
«Call of Duty: WWII» es la apuesta de Activision por volver a los orígenes del género bélico y demuestra que siguen sabiendo crear grandes juegos sobre uno de los conflictos más famosos de la historia
La saga «Call of Duty», más conocida por los jóvenes por sus siglas -COD-, es una de las veteranas del sector dentro del género de los videojuegos bélicos, y fue una de las primeras en transportarnos a los grandes conflictos armados del pasado siglo, donde en Europa estábamos empeñados en destruirnos a nosotros mismos.
Pese a sus inicios fieles a la historia, «Call of Duty» fue, durante años, deambulando entre el presente y el futuro cercano en sus entregas más contemporáneas, hasta llegar a aventuras futuristas llenas de soldados con exoesqueletos y armas súper destructivas. Y pese a vender bastante bien, a los puristas del genero parecía no gustarles ese nuevo rumbo que habían tomado los COD.
Y, posiblemente, de esas reivindicaciones llegó el juego que hoy tenemos entre manos, el «Call of Duty: WWII», un título que vuelve a transportarnos a aquella playa de Normandía en la que EEUU comenzó la gran ofensiva por recuperar Europa de las manos de Hitler y los nazis.
Una campaña realmente bien construida
Hay quien dice, muy convencido, que las campañas de los juegos de guerra como «Call of Duty» o «Battlefield» son tan sólo relleno evitable y que sólo le quita tiempo a los programadores de hacer un multijugador más pulido y entretenido.
Pues bien, en este «Call of Duty: WWII» puedo aseguraros de que no es así, y es que la campaña del juego es dinámica, intensa, bien escrita y con unos personajes bien construidos pese a caer en los inevitables tópicos de este tipo de historias tan patrióticas.
La narración del juego nos lleva a través del mayor conflicto armado de la historia y nos guía de la mano por la Francia ocupada por los nazis, pasando por el bosque de las Ardenas en Bélgica, y llegando a cruzar el Rin en la última gran ofensiva por ahogar al ejército nazi.
Pero todo esto es una excusa para que vivamos en primera persona las relaciones humanas que se dan un pelotón de infantería norteamericano, pudiendo ver como la mente de los soldados va quebrándose poco a poco al pasar por tantas penas y atrocidades, en una guerra que dejó demasiadas almas rotas.
Las secuencias cinemáticas tanto al principio como al final de cada acto transmiten la sensación de encontrarnos en una serie bélica -al más puro estilo Band of Brothers, Hermanos de Sangre en España- en la que lo único que quieres es pegar tiros y matar a esos malvados soldados alemanes para saber que ha pasado con tu compañero o para saber si el sargento Pierson al final pierde la cabeza o no.
Por último, la relación de amistad que el protagonista, Daniels, tiene con su amigo de origen judío Zussman me ha parecido mucho más profunda de lo que un juego de guerra nos tiene acostumbrados. En gran parte, son el pilar sobre el que se basa toda la narración.
El multijugador, a la altura de un COD
Donde «Call of Duty» ha sido fuerte, desde siempre, ha sido en su multijugador online, con servidores siempre a rebosar de jugadores dispuestos a inflarse a tiros con tal de capturar la bandera, defender el punto o tomar alguna posición. Y aquí Activision vuelve a dar la talla con un multi realmente divertido y bien construido.
No son pocos los que pelean, desde tiempos inmemoriales, por imponer el multijugador del COD o el multijugador del «Battlefield» como colofón de la escala evolutiva en este género. Y el problema es de ellos, ya que algunos jugadores sabemos apreciar las diferencias y disfrutar de ellas.
En COD tenemos un multijugador mucho más rápido, inmediato y con una curva de aprendizaje mucho menos acusada que en los juegos de DICE. En mi caso, tras la tercera partida ya le empecé a coger el truco a los puntos de reaparición, al desvío de las armas y a los lugares clave de los escenarios.
Jugar el multijugador de «Call of Duty: WWII» tiene un aroma a clásico muy agradable, y es que poder volver a empuñar la M1 Garand, el Bar, el francotirador Lee Enfield o la escopeta Winchester 1897 es una sensación que, a los que empezamos nuestra inmersión en el mundo de los videojuegos hace ya más de 15 años luchando contra los nazis, nos llega directamente al corazón y nos conmueve.
Lo único que podemos achacarle al título en este apartado son los problemas que han tenido con algunos servidores los primeros días tras su salida la pasada semana, y que podían haber arriesgado un poco más, ya que el multijugador de este COD sigue siendo lo mismo que en las anteriores entregas pero con un look clásico.
Los zombis nunca cansan
Recuerdo cómo en el 2009 me compraba mi primer portátil, y que una de las primeras cosas que aprendía con él era que mis amigos y yo podíamos jugar juntos en red local al «COD: World at War» para matar zombis en amistad y armonía. Desde entonces, este modo de juego ha ido ligado a mi vida y a mi imagen de lo que sí es diversión a raudales.
Por eso tenía muchas ganas de probar el modo nazis zombis de este «COD: WWII» ya que, personalmente, no es un modo más, sino el modo que todo lo justifica y que todo lo hace bueno.
Pues bien, mi experiencia estos días con los zombis ha sido muy positiva. Sin recibir grandes cambios, que por otra parte tampoco se le exigían, el modo supervivencia ante oleadas zombis de COD sigue siendo dinámico, estresante, divertido, frenético y no apto para gente con problemas cardiovasculares.
Para quien no sepa de que va este modo toca decir que es un tipo de juego en el que cuatro jugadores, tanto en red local como en modo online, se enfrentan a infinitas hordas de zombis que van saliendo en oleadas. Siendo cada oleada más difícil que la anterior.
Para hacer frente a este desafío los mapas, todos muy interactivos, tienen repartidos por sus rincones puestos con armas para comprar o munición que recargar, pociones para revivir más rápido o aguantar más golpes, y puertas y trampas para hacer más grande y hostil el mapa para los zombis que quieren devoraros el cerebro.
La única diferencia respecto a los anteriores modo zombi es que ahora los personajes acumulan puntos de experiencia en cada partida para así poder ir subiendo de nivel el perfil del jugador, obteniendo algunas ventajas en partida.
Un nivel gráfico que luce muy bien
Pese a que Call of Duty lleva toda su vida utilizando el mismo motor gráfico, el IW Engine, el juego luce realmente. Pero en honor a la verdad tampoco seríamos justos si dijéramos que es el mismo motor que se usó en «Call of Duty 2», ya que éste ha sufrido innumerables cambios, actualizaciones y mejoras, para irse adaptando a tiempos más modernos y de mayor exigencia gráfica.
En mi caso, que lo he jugado a una resolución de 1440p y el detalle gráfico al máximo, puedo aseguraros que el juego está a la altura de un lanzamiento triple A de 2017. Las sombras, los brillos de la piel, las expresiones faciales, todo eso está realmente conseguido y transmite un realismo muy impactante.
Donde flaquea es en el dibujado del escenario, y es que incluso jugando en Ultra y en alta definición, se pueden apreciar objetos mal definidos y excesivamente poligonales en distintas partes del entorno. Suponemos que esto se debe a que el motor gráfico, pese a haber sido actualizado varias veces, hereda viejos problemas.
La pregunta que me hacía mientras jugaba era: ¿es este COD algo impresionante para la vista? Y la respuesta era no. Pero sí que puedo confirmar que el juego se ve muy bien y es lo que se espera en un momento en el que el sector de los videojuegos ve como, durante los últimos 3 años, no ha experimentado un verdadero salto gráfico, y que juegos como «The Witcher 3» siguen siendo un referente en este sentido, pese a tener ya varios años.
Conclusiones
Mi opinión final respecto al juego es que «Call of Duty: WWII» es una necesaria vuelta al pasado, que es un gran juego, y que supone una tendencia sana que está experimentado el género a volver a los orígenes, cosa que les puede ayudar a mirar ahora hacia adelante con mejor perspectiva.
En resumen, la historia es buena y está bien construida -he disfrutado mucho jugándola-, el multijugador sigue siendo divertido y frenético y a la tercera partida te encuentras cómodo, y los zombis no han envejecido nada mal, sino todo lo contrario.
Activison ha hecho del «Call of Duty: WWII» un videojuego a la altura de sus primeras entregas, y eso es mucho decir.
Nota: 8,5
Equipo de pruebas:
Para analizar “Call of Duty: WWII” hemos utilizado:
- PC (RyZen 1700X, RX VEGA 64 8 Gb, 16 Gb DDR4)
- Blackwidow Ultimate 2016 y Logitech G502
- HP OMEN 32″