Este fin de semana he podido jugar en forma de beta abierta (yo creo que es más una demo encubierta) al último trabajo del estudio Blazzing Griffing, «Murderous Pursuits».
Hablamos de un multijugador competitivo -basado en el sigilo- en partidas para ocho jugadores en las que viviremos una suerte versión digital del juego del gato y el ratón. Esta mecánica sin ser original (ya vimos algo parecido en el multijugador de «Assassin’s Creed: La hermandad») da lugar a partida cortas -de diez minutos- bastante ágiles y satisfactorias.
Pero vamos al meollo, y aquí el meollo es como se juega a «Murderous Pursuits». La idea principal es simple, fundirte en una fiesta llena de NPCs -controlados por la máquina- mientras intentamos averiguar cuál de ellos es nuestra presa y a su vez evitamos que dos cazadores nos descubran y nos den muerte.
¿Queda claro? Quiero decir que en cada partida a cada jugador se le asigna un objetivo a eliminar y cada jugador de la partida es a su vez el objetivo de otros dos jugadores. Esta configuración de objetivos/cazadores ayuda a que todo fluya, ya que quedarse esperando en una esquina a que aparezca tu presa suele acabar mal.
Pero vamos a meternos más en harina con las mecánicas. Antes de empezar la ronda (ya sea una partida privada con amigos, una abierta con desconocidos o una contra la IA) se nos pide que escojamos un personaje. Esta elección en puramente estética, pudiendo elegir entre cosas tan variopintas como una geisha o un príncipe hindú, ya que no dejan de ser las mismas skins que tienen los NPCs de la fiesta (lo que está muy bien, porque a esta fiesta hemos venido a pasar desapercibidos).
Acto seguido se nos pide que elijamos dos habilidades activas de entre las cinco disponibles, a elegir entre: cambiar de apariencia, una bomba flash para aturdir a los personajes cercanos, humillar el cadáver de una presa (para ganar “Favor” extra), revelar la posición de nuestra presa/cazadores cercanos y/o hacer una contra para protegernos de ataques a nuestra integridad física.
Cada una de estas habilidades tiene un tiempo de recarga que va desde un minuto a cinco minutos (dependiendo de la habilidad). Y con ese personaje y habilidades entramos a la ronda, con la particularidad de no poder cambiar ninguna de esas tres variantes hasta terminar la partida.
Una vez con las manos en la masa y nuestra copa de Martini, empezamos a deambular por la fiesta siguiendo las indicaciones de una suerte de radar que nos indicará en qué dirección esta nuestra presa, así como si se encuentra en el mismo piso que nosotros. Este radar nos llevará hasta la habitación donde se encuentre nuestra víctima, pero no más allá.
Es en este momento donde el juego se convierte en una pelea deductiva en el que tú intentas averiguar cuál de los NPCs es en realidad un jugador y por tanto tu presa, mientras que, a esta, su radar le ha avisado que tú como cazador estás cerca y está a su vez intentando dilucidar quién le acecha entre los invitados de la fiesta.
Antes he mencionado el “Favor”, que no es otra cosa que la puntuación del juego. ¿Y cómo ganamos “Favor”? Pues no basta con matar más objetivos que los demás, cada vez que eliminas a un objetivo el arma que llevas encima (pistola, sable, puñal, maza o puños americanos) pasa a valer un punto de favor, y el resto de armas se reasignan de dos a cinco puntos de manera aleatoria. Así que si quieres ganar más “Favor” te toca buscar un arma con mayor puntuación (que se resteará cuando consigas el ansiado asesinato).
Además de eso hay puntos en el mapa en los que pasar desapercibido, lo que carga una barra de sigilo hasta cinco puntos de “Favor” que irán menguando hasta el cero, momento en el cual, no solo no ganarás “Favor” extra, si no que quedarás expuesto como presa y cazador a los jugadores correspondientes, desde cualquier punto del mapa.
Además de todo esto, en la fiesta habrá guardias que nos detendrán si intentamos matar a nuestra presa delante de ellos, dejándonos solo unas pequeñas ventanas de oportunidad en sus rondas para llevar a cabo nuestros aviesos planes.
Todo eso que parece tan complicado, funciona de una manera muy orgánica siendo muy fácil interiorizar todas las mecánicas en dos o tres partidas.
Pero pasemos a hablar de la ambientación de esta peculiar fiesta. Porque una cosa que llama de «Murderous Pursuits» es su estética, basada en la Gran Bretaña más Victoriana. Y la cosa no queda ahí, porque si lo de llevar a una vieja institutriz londinense no os llama lo suficiente. Hacerlo en una fiesta montada en un dirigible capaz de viajar en el tiempo que sobrevuela ciertos paisajes jurásicos debería terminar de tocaros la fibra sensible.
Y es que, sin destacar en absoluto en lo técnico, el apartado artístico (tanto visual como sonoro) tiene suficiente personalidad como para no pasar desapercibido, una estética muy cartoon que le viene muy bien a lo distendido de las partidas. Este no es un juego de rangos o estadísticas, es uno de esos de una partida más y lo dejo, de diversión pura y rápida.
A falta de saber el precio final del juego, sí que tenemos fecha, el 26 de abril (de ahí mi tendencia a tomar esto más como una demo que como una beta abierta) solo para Steam. Si sale un precio comedido yo lo veo como una buena apuesta para jugar, ya sea solo o con amigos a un multijugador que no innova, pero sí que se siente fresco.
Pocas pegas le veo a la obra de Blazzing Griffing a nivel de mecánicas. Y sin llegar a volarme la cabeza sí que me hizo pasarme tres horas casi del tirón echando “una partida más”. Es una lástima que no se haya anunciado en consolas, creo que todas se beneficiarían de un título así, en particular la máquina de Nintendo.
Para beber margaritas y dar puñaladas por la espalda en la beta abierta de “Murderous Pursuits» hemos utlizado: