Muy pocos de los que jugaron el juego original quedan hoy en el sector del periodismo de videojuegos. Incluso muchos de ellos están ya jubilados, porque tres décadas son muchas. Y en este caso, en el Alone in the Dark, hablamos de 32 años exactamente.
Explorado desde la perspectiva de dos protagonistas-interpretados por la estrella de Stranger Things David Harbour y la aclamada actriz Jodie Comer de Thirteen-, Alone in the Dark es una historia de terror lovecraftiano sombría y atmosférica mostrada a través de una lente de cine negro.
Para mucha gente, Alone in the Dark es el padre de un género que luego llevó a la excelencia la saga Resident Evil. Sin Alone in the Dark, los Silent Hill, Resident Evil o Dino Crisis no existirían. Y lo digo sin miedo a las represalias, esto es Tribeca Review y aquí somos valientes (y estamos locos).
Alone in the Dark sigue a Emily Hartwood (Jodie Comer) y al investigador privado Edward Carnby (David Harbour) en su viaje a Derceto Manor, un hogar para personas con fatiga mental, para investigar la desaparición de Jeremy Hartwood, tío de Emily.
Hasta aquí todo normal, es el mismo (o casi el mismo) argumento que teníamos en el juego de 1993 que a tanta gente enamoró. Pero aquí viene un giro genial: el juego se puede jugar con uno de los dos protagonistas… y con ello la historia y las misiones cambian lo suficiente para merecer la pena.
Dicen los creadores que la duración del juego es tres veces más larga que la del juego original y se asemeja a un Resident Evil 2 Remake porque cuentan las dos historias, la de Carnby y la de Hartwood, ya que ambas ofrecen historia y misiones únicas.
Y sí, esto es un acierto, ya que ofrece un soplo de aire fresco muy bien tirado a un juego, por todo lo demás, es tremendamente antiguo en el sentido estricto de la palabra.
Pese a todo y pese a los 32 años transcurridos, el argumento y la historia de Alone in the Dark sigue siendo una maravilla lovecraftiana que no ha envejecido nada, uno de los mejores en su género incluso en 2024.
La historia se desarrolla de forma rítmica y los descubrimientos no dejan de sorprendernos conforme jugamos, hasta que llegamos a un punto en el que el jugador más joven dirá: ¿y ahora qué tengo que hacer? Pero este punto lo desarrollo más adelante.
Permíteme que cite a Elrond (El Señor de los Anillos, La Comunidad del Anillo, 2001) cuando digo que los que jugaron en su momento lo disfrutarán, porque en mi opinión, siendo ya un señor de 32 años… este juego me pilló con unos pocos meses de edad. Por lo que no tantos quedarán que se acuerden y muchos menos seguirán jugando a estas alturas.
El juego está planteado para gustar y agradar a los primeros jugadores que, en 1992, pudieron disfrutar de uno de los mejores juegos de terror de toda la década, pero el esfuerzo por traer el juego al 2024 se ha quedado, tan solo, en la parte gráfica.
La jugabilidad es tosca, el combate es muy incómodo y la mayor parte del tiempo la pasaremos recorriendo el mismo pasillo mientras leemos una y otra vez el mismo diario que hemos encontrado en una mesilla.
Esto no es malo, muchos juegos del género replican esta premisa, pero en el 2024 pedimos a los desarrolladores que no se queden en lo funcionaba en 1990, que arriesguen y actualicen un poco el juego. La cuestión es que en este caso el gameplay es malo, muy malo, y tras varios parches no han conseguido arreglarlo (la lucha contra el jefe final es de lo peor a lo que me he enfrentado en este sector en 7 años).
Además, el título permite jugarlo en Modo Clásico y en Modo Actual, donde la gran diferencia entre uno y otro es la dificultad de los puzles. Es decir, estos son los mismos, pero el Modo Actual te resalta partes clave de los textos o te indicas pasos intermedios entre los puzles.
Estando en el 2024 y teniendo yo bastante experiencia en estos juegos, el Modo Clásico se antoja muy pesado y difícil para alguien que no haya jugado al original. Cada puzle puede llevarte más de una hora, convirtiendo la experiencia en algo muy pesado.
El modo más actual no te hace los puzles más fáciles, pero sí que se adapta a los jugadores de hoy en día, permitiendo terminar los acertijos de forma más rápida, dando dinamismo al juego. Sin duda es la forma correcta de jugar al juego en mi opinión.
Esto es importante: el juego se ve increíble. Yo lo he podido jugar en PlayStation 5 y se ve de maravilla. Para mí el modo más cómodo de juego es el de Rendimiento, por encima de Calidad, ya que va más suelto de imágenes por segundo y se ve prácticamente igual.
Me acuerdo de que cuando empecé el juego y me saltó la primera cinemática temí lo peor, ya que los modelos y las texturas del juego se veían antiguas y planas, como un juego de 2012. Por suerte una vez que comienza el gameplay la cosa cambia y para muy bien.
El trabajo que han hecho para traer al mundo del videojuego a Jodie Comer y al investigador David Harbour es genial, parecen estar vivos y eso es muy difícil. Y si no que se lo pregunten a Kojima con su Death Stranding.
Además de ellos, la mansión de Derceto está magníficamente recreada. Se ve, suena y se siente real. Algo muy importante por pasaremos muchas horas recorriendo los mismos pasillos, claro.
Esta es una pregunta complicada, pero que tiene respuesta. Si estuviste en 1992 jugando al juego original, no es que debas comprarlo, es que tienes que hacerlo. No todos los días traen a la vida a un clásico tan fundamental para el propio sector del videojuego, así que tienes que apoyarlo como sea.
Si no jugaste en su momento, pero siempre quisiste hacerlo, también tienes que comprarlo sea como sea. Es la mejor forma de vivir la historia de terror lovecraftiano sombría y atmosférica de Alon in the Dark, es la forma definitiva (como los Remake de Resident Evil).
Ahora bien, ¿te gustan los juegos survival de terror y los puzles? Entonces depende. Este juego no se parece en casi nada a un Resident Evil Remake, lo siento. Es mucho más estático, mucho menos de acción y mucho más de darle al coco. Y lo peor es que tiene es que tras varios parches el juego sigue teniendo fallos graves de gameplays. El combate sigue siendo un horror y no parece tener solución.
Por ese motivo este juego no es un Must Have, como el Prince of Persia o Alan Wake 2, sino que es un juego de nicho que sabe jugar sus cartas: la nostalgia y los gráficos. Así que dejo en tu mano tomar la decisión final… ¿cuál será?
Versión analizada: copia cedida por THQ Nordic para PS5