Steam Controller, el mando para los amantes del PC
- 15 enero, 2018
- Sergio Gómez
Dos trackpads táctiles, vibración háptica, un stick analógico, giroscopio y acelerómetro, trece botones y modo inalámbrico y con cable. Estas son algunas de las características del Steam Controller
Traigo a Tribeca Review unas primeras impresiones del Steam Controller (si, sé que llego casi cuatro años tarde). Digo primeras impresiones porque, en casi dos meses de uso, tengo la sensación de que me falta mucho rodaje para sacarle todo el partido a este mando. Pero vamos por partes, primero, aquí os dejo una retahíla de características técnicas del mando:
- Dos trackpads táctiles.
- Vibración háptica.
- Un stick analógico.
- Gatillos de doble pulsación, cada uno con 10° de movimiento, un sensor de flujo magnético y un pulsador táctico.
- Sensores de giróscopo y acelerómetro que permiten emular el giro de un volante y otros controles de movimiento.
- Trece botones (incluidos uno al final de cada gatillo).
- Modo con cable o inalámbrico (dual).
- Conexión USB 2.0 por puerto Micro USB.
- Aproximadamente 5 metros de alcance de comunicación inalámbrica. Los resultados reales pueden variar.
- Más de 40 horas de juego utilizando las pilas alcalinas AA incluidas.
El mando en sí tiene unos acabados más que decentes resultando muy ligero sin las pilas (lo que gustará a unos más que a otros), pero hay tres puntos donde falla. Primero y principal, no tenemos motores de vibración al uso (de ahí el poco peso del mando), tendremos que conformarnos con la vibración háptica, que no hace un mal trabajo, pero queda lejos de la vibración que ofrecen mandos con motores físicos incluidos. Segundo, no hay conexión para auriculares y/o microfono cosa que algunos echarán en falta.
Tercero y siendo más algo anecdótico, el acabado de los trackpads al pulsarlos y de los botones frontales izquierdo y derecho (L1 y R1) resulta algo plasticoso, desmejorando el acabado total del mando. Aparte de eso, el mando se siente bien en las manos al sujetarlo incluso siendo algo más grande que el mando de 360 (quizá los que tengan manos pequeñas tengan más dificultades para llegar al botón X).
Se le puede echar en cara el acabo negro brillante en algunas partes del mando, propenso a llenarse de huellas y algo resbaladizo, pero es subsanable comprando alguna skin más acorde a nuestros gustos en la tienda de Steam (gastando un dinero extra, eso si).
¿En que se traduce todo esto? En un mando todoterreno que es capaz de acomodarse a cualquier tipo de juego (todos los botones, gatillos, trackpads y el stick son completamente configurables al gusto, como veremos más adelante). Esto que podría sonar de maravilla, tiene su contrapunto. Ya se sabe el que mucho abarca poco aprieta, y eso es lo que pasa al Steam Controller.
Es perfecto o casi perfecto para juegos en tercera persona como por ejemplo The Witcher 3 o GTA V, en juegos de carreras (obviemos los simuladores puros como iRacing y Rfactor, más pensados para volante y pedales) también hace un excelente trabajo, para juegos tipo Diablo o Torchlight funciona bastante bien, en juegos de plataformas como Super Meat Boy también aprueba con nota.
Sin embargo aquí es donde empiezan los altibajos, los juegos de lucha estilo Street Fighter, se pueden jugar, pero la ausencia de un pad digital físico hace que la experiencia sea rara (sí, con el tiempo uno se acostumbra y puede llegar a dominar el trackpad como si fuera un D-Pad, pero no es lo mismo), en juegos tipo Call of Duty el Steam Controller es una sensible mejora respecto a jugar con un mando tradicional, pero sigue sin ser rival para el combo teclado+ratón, lo que lo hace muy decente para jugar la campaña, pero no lo suficientemente bueno para el multijugador (sobretodo en juegos tan competitivos), en el ámbito de la estrategia en tiempo real (Starcraft y similares) pasa más de lo mismo, para la campaña el mando se defiende sin problemas, pero en el multijugador no es rival para el combo teclado+ratón.
El Steam Controller y el espíritu “Hazlo tú mismo”
Hablemos ahora de como hace para adaptarse el Steam Controller a todos esos tipos distintos de juegos (y más que por desgracia no he llegado a probar todavía). La respuesta es sencilla, todo lo que forma un Steam Controller (Trackpads, gatillos, stick y botones) es configurable a placer, desde pulsar una letra del teclado, a realizar un macro, a actuar como un ratón o como un mando convencional.
Todo se puede configurar de manera individual para que el total sea mayor que la suma de las partes (por ejemplo tener la precisión de movimiento de un stick analógico con la precisión de apuntado de ratón en GTA V). Esto que podría sonar de maravilla, tiene su contrapunto.
El periodo de adaptación y aprendizaje aumenta exponencialmente, cada juego lleva su propia configuración totalmente personalizada que debes hacerte, o que puedes descargar de las cientos o miles que hay ya hechas por la comunidad e ir probando cual te gusta más y modificarla al gusto para dejarla perfecta. Esto es, lo de coger el mando, tirarte en el sofá y echar un partida rápida a tu última adquisición no es para el usuario de un Steam Controller.
La primera vez con un juego suele llevar de 30 a 60 min de pruebas con el mando, cambiando configuraciones hasta dejarlo bien (que luego poco a poco le iras modificando cosas con el tiempo). Si eres de los míos y te encantan trastear con opciones durante horas hasta dejarlo todo al gusto, bienvenido, este mando es para ti. Si prefieres algo más directo, en el sentido más literal de enchufar y jugar, pues a lo mejor deberías plantearte en que otro mando, como el de Xbox ONE.
Big Picture, el gran enemigo del Steam Controller
Aquí llegamos a la parte peliaguda del Steam Controller, está íntimamente atado a Steam, más concretamente a Big Picture (la interfaz con la que Steam pretende llevar el PC a los salones). Big Picture funciona, y no lo hace mal del todo, pero está muy lejos de ser una interfaz la altura de las de Xbox, Playstation o Nintendo.
Eso lastra al mando de Valve, obligando a añadir nuestros juegos de otras plataformas a nuestra biblioteca de Steam (en algunos casos usando software de terceros para que funcionen como es el caso de todos los juegos de la tienda de Windows 10) en vez de tener un software de configuración externo a Steam que convierta a nuestro Steam Controller en un mando más (con todas sus posibilidades) en vez de ser un mando limitado por aquello que podemos añadir a nuestra biblioteca (incluso en esos casos hay juegos que no funcionan en absoluto con el Steam Controller, como el vetusto Star Wars Galactic Battlegrounds Saga).
Pros:
- Totalmente configurable y capaz de abarcar cualquier género jugable
- Buen acabado en general
- Duración de las pilas (en mi uso cotidiano con la vibración activada y el led del mano a tope de luminosidad ha superado ampliamente las 40 horas de uso, quedandose cerca de las 50, con las pilas que venían en la caja)
Contras:
- Muy atado a Big Picture y la plataforma Steam
- Precisa de una inversión importante de tiempo para configurarlo al gusto en cada juego.
- El precio de 54,99€ + 13,80€ (en gastos de envío) lo hacen poco recomendable a no ser que compre de oferta o en algún pack con juego incluido, más si tenemos en cuenta que su mayor competencia (el mando de Xbox ONE) sale por 46,61€ puesto en casa. (Todos los precios comentados son para España y a fecha del 13/01/2018)
Conclusión
Un gran mando si lo que te gusta es trastear con configuraciones (como es mi caso) y si no pretendes usarlo en el panorama multijugador más competitivo (donde el combo teclado+ratón son los reyes indiscutibles cuando hablamos de FPS o RTS). Si lo tuyo es enchufar y jugar, no es tu mando, huye de él o al menos intenta probarlo antes de desembolsar el dinero. Su precio base es quizá demasiado alto, por suerte en Steam hay rebajas cada 2 semanas, y desde aquí no puedo recomendar su compra a precio completo a no ser que estés muy seguro de lo que estás adquiriendo.