Vivimos la era del directo y del streaming, donde hasta nuestro vecino de 9 años tiene un canal en Twitch en el que retransmite sus partidas de «Fortnite» cada día de 5 a 7 de la tarde. Y en esta era tan loca es cuando un periférico, que parecía ya relegado a la segunda división, ha reaparecido con una enorme fuerza, siendo parte indispensable del Set Up de cualquier streamer. Sí, hablamos de la webcam, y hoy concretamente de un modelo de la gama alta: la Razer Kiyo.
Esta cámara es el resultado natural a una profesionalización del medio, que ve como miles de personas en todo el mundo consiguen vivir gracias a sus directos. Esto ha dado un crecimiento natural del sector, trayendo consigo el lanzamiento de micrófonos, cámaras, focos y demás periféricos que antes tenían una presencia testimonial en muchos hogares.
Como siempre, vamos a comenzar hablando de las características técnicas de la Razer Kiyo:
Y, ahora que he presentado el Razer Kyro, voy a analizar el producto tras más de un mes de uso y muchos directos realizados con la webcam. Eso sí, ya os adelanto que la experiencia ha sido sobresaliente.
En el fondo, lo que más nos importa a la hora de elegir una webcam es que se vea y que se desenvuelva en distintos entornos de forma satisfactoria. Con buena luz hasta la peor cámara te saca bien en la pantalla, de ahí la importancia de su rendimiento en todas las situaciones.
Pues bien, para comenzar hay que decir que la lente utilizada por la Razer Kiyo es de 4 MP y, aunque eso nos diga bien poco e incluso haya gente que opine que es muy poco, os aseguro que el trabajo de ésta es genial. La imagen se ve limpia, nítida y es casi imposible conseguir que desenfoque nuestra cara, pese a movernos mucho.
En nuestras pruebas en emisión a través de OBS, la cámara ha hecho un trabajo perfecto, dando nitidez tanto cuando emitía de día como de noche, y sin meter el molesto grano de las imágenes con poca luz. Y esto último se debe a que la propia cámara lleva integrado un foco circular, que incorpora 12 LEDs blancos.
Esta iluminación no sólo cumple, sino que si careces de otra fuente de iluminación en la habitación puede servirte sin problema, si no estás muy lejos de la webcam, claro. Además, puedes personalizar la iluminación de menos potente a más con tan sólo girar con la mano el foco circular (viva lo analógico). Y, para acabar, la temperatura de color que nos da el foco de la Razer Kiyo es de 5600K (luz del día).
La buena calidad de imagen, con el buen ángulo de grabación (81.6º) y la iluminación incluida nos han dado en todo momento una calidad y un rendimiento totalmente profesional, a la altura de lo que nos ofrece la Logitech C922 PRO (muy similar calidad / precio).
Otro de los mejores puntos a favor que tiene la Razer Kiyo es su forma, que estructurada en tres partes consigue sujetarse y agarrarse a casi cualquier superficie. Desde encima del monitor, pasando por un trípode y terminando por apoyarla en la torre.
Esta forma ergonómica casa con casi cualquier superficie que tengáis en casa, aunque se lleva mal con la pantalla muy finas, ya que los apoyos son grandes y la webcam pesa bastante. Quitando eso, yo la he utilizado encima de los altavoces, que son altos y tenían la posición perfecta (como veis, se posa en cualquier sitio).
En cuanto al micrófono toca decir que es dinámico y omnidireccional, pero que su rendimiento es el único aspecto negativo de la Razer Kiyo, ya que el sonido que recoge es plano, con ruido y muy poco nítido. Tan sólo servirá para jugadores que lo utilicen de emergencia, porque emitir con él es muy poco aconsejable (mis amigos por Discord casi me matan cuando lo activé).
Vale, después de analizar punto por punto la Razer Kiyo, es momento de dar el veredicto, aunque si has leído atentamente lo que iba escribiendo ya sabrás que mi experiencia ha sido: buenísima. La gran calidad de imagen, junto al autoenfoque rápido que hace en todo momento a la cara (u objeto en primer plano que pongas) y el potente foco que lleva han conseguido dar una webcam redonda en casi todos sus puntos.
Sus puntos negativos, como he dicho, son notorios, ya que el apoyo me ha fallado en pantalla muy finas, ya que no quedaba ni fija ni estable por su peso y tamaño, y que el micrófono incorporado es bastante malo, sirviendo sólo de último recurso.
Quitando esto, la Razer Kiyo, como webcam, cumple sobradamente las expectativas y es, a día de hoy, una de las mejores opciones dentro de la horquilla de los 100 euros.