Análisis del Razer Mamba HyperFlux, un combo ratón más alfombrilla
- 28 abril, 2018
- Chema Carvajal Sarabia
El Razer Mamba HyperFlux es un combo que trae una alfombrilla, con dos superficies, que se conecta por USB al ordenador y que provee al ratón gamer de energía y de conexión inalámbrica al PC
Hace unos meses hablábamos de las novedades que Razer presentó en el CES de Los Ángeles de cara a este año 2018, y que mucho de lo que nos enseñaron pintaba realmente bien, como los altavoces Nommo o el portátil que funcionaba con el Razer Phone. Pues bien, justo ahora nos ha llegado lo que más nos llamó la atención entonces: el Mamba HyperFlux.
El Mamba HyperFlux, para el que no lo sepa, es un combo de ratón más alfombrilla que no es muy habitual, ya que la alfombrilla se conecta a través de un USB al ordenador, y ésta le da la conexión y la energía que necesita el ratón para funcionar.
Antes de ponernos manos a la obra con su análisis vamos a empezar con las características técnicas del ratón Mamba HyperFlux:
- 9 botones con programación independiente
- Pulsadores mecánicos Razer
- Sensor óptico 5G de 16 000 DPI
- Tiempo de respuesta de 1 ms
- Iluminación Chroma con 16,8 millones de opciones de color personalizables
- Capacidad de rastreo de 450 pulgadas por segundo (IPS)
- Conexión inalámbrica y alámbrica
- Tamaño aproximado: 124.7 mm x 70.1 mm x 43.2 mm
- Peso aproximado: 96 gramos sin cable
Y ahora vamos con los datos de la alfombrilla Firefly HyperFlux:
- Dos superficies, una dura y otra suave
- Tecnología de carga inalámbrica
- Cable USB de 2,1 metros
- Tamaño aproximado: 355 mm x 282.5 mm x 12.9 mm
- Peso aproximado: 643 gramos
Y ahora que ya sabemos técnicamente qué lleva tanto el ratón como el alfombrilla, voy a deciros cual ha sido mi experiencia estos días utilizando el combo Mamba HyperFlux.
Una unión perfecta
De primeras os voy a ser sincero: nunca había probado un funcionamiento más cómodo y más perfecto en un ratón. Su uso es genial desde todos los ángulos. Pero, ¿por qué? Pues porque une lo mejor de los dos mundos, el de los periféricos con cable y el de los inalámbricos.
Por un lado tenemos la comodidad sin igual que es no tener cable en el ratón ya que, aunque parezca una exageración, siempre acaba siendo algo molesto el tener un cable (que pesa) unido al ratón ya que hace que éste, a veces, se desplace sólo por el peso del cable, se atasque, o no nos da de largo y le acabamos metiendo un tiron involuntario. Tener cable está bien, pero no tenerlo está mejor.
Y por el otro lado tenemos lo bueno que tienen los periféricos cableados: nunca se queda sin batería. El Mamba HyperFlux recibe la energía constantemente mientras está encima de la alfombrilla Firefly HyperFlux, la cual está contruida con un diseño que crea una base de carga inalámbrica que ocupa toda la base de ésta, por lo que el ratón siempre está recibiendo energía mientras lo usas.
Además, la conexión viene a través de la alfombrilla y ésta es perfecta (usa tecnología WiFi a 2,4 GHz), sin lag ni retrasos típicos de algunos sistemas inalámbricos. Yo, en todo el tiempo en que lo he usado (y bastante de ese tiempo ha sido jugando, por trabajo, claro) no he notado retraso alguno ni pérdida de respuesta respecto a mi habitual Logitech G502.
Un funcionamiento a la altura de cualquier eSport o trabajo profesional
He estado un mes con los dos periféricos de Razer, y os puedo asegurar que ha estado a la altura de todo lo que le he exigido, es más, me da la sensación de que alguien con más habilidad en los videojuegos o que necesite un funcionamiento perfecto del ratón debido a su profesión, sacaría mucho más jugo al Mamba HyperFlux.
Yo, desde luego, no he tenido una experiencia así de buena hasta ahora, y sin exagerar trabajar con él ha conseguido que me olvidase por completo de la herramienta y me centrase por completo en el trabajo. Y esto, creo yo, es el objetivo de cualquier periférico, hacer tu vida más cómoda.
Hablando exclusivamente del ratón, este es un Mamba HyperFlux, un ratón que hereda la tecnología del otro Mamba inalámbrico (sólo que con menos luces RGB), por lo que estamos hablando de un equipo de gama alta. Con un sensor 5G óptico que alcanza los 16.000 DPI con un tiempo de respuesta de 1 milisegundo, el rendimiento está asegurado.
En temas de gaming, que es donde más se le puede sacar el rendimiento a estos ratones, puedo deciros que en «Battlefield 1», «Overwatchs» y «PUBG» el funcionamiento del sensor unido a los clicks (que llevan interruptores mecánicos de Razer) hacen que la experiencia sea igual de buena que con cualquier ratón de gama alta preparado para gaming. Sólo que con el puntazo de no tener cable y de no quedarte sin batería en el peor momento posible (cuando te van a matar, siempre).
Además, la forma redondeada y el tamaño que tiene (exactamente 124.7 mm x 70.1 mm x 43.2 mm) consiguen un buen agarre, tampoco perfecto para los usuarios de manos grandes, pero se defiende bastante bien incluso en tamaños de manos fuera de lo común.
En cuanto a la alfombrilla, esta tiene dos acabados, uno duro y otro suave, muy útil si sueles alternar trabajo y videojuegos, y con tan sólo levantarla puedes voltearla para elegir una superficie u otra, pero todo esto sin tener que mover lo que es la alfombrilla en su base (por cierto, se pega genial a la mesa).
En resumen, tu lo que haces es cambiarla de lado a través de un pequeña muesca en la parte inferior que te permite levantarla. Es decir, no tiene dos alfombrillas, sino que es una que por un lado es rígida y por el otro suave.
Otros aspectos que me han gustado
Ahora quiero hablar de tres aspectos que me han encantado. Lo primero, el peso. Tan sólo 96 gramos pesa el ratón, algo muy bajo y que los jugadores de eSports miran con lupa ya que quieren, por norma general, que su ratón sea lo más ligero posible para tener el máximo control en el movimiento. Y el Mamba HyperFlux no sólo es ligero, es súper ligero para ser un inalámbrico. Pero, ¿por qué? Justo por lo que lo hace tan especial: porque no tiene batería.
Ahora vamos a explicar esto mejor, porque además es el segundo punto que nos encanta. El ratón tiene una mini batería (antes hemos dicho que no tenía, pero tiene, aunque minúscula) que te permite despegar el ratón hasta 30 segundos.
Esto es genial ya que lo normal es despegar mucho el ratón mientras juegas debido a que se hacen movientos muy exagerados (los jugadores suelen elegir DPI muy bajos), por lo que en cada levantamiento de ratón para recuperar la posición en la alfombrilla no pierdes la señal y no te quedas vendido ante el enemigo. Y 30 segundos son más que suficientes para mover el ratón de sitio o para cualquier emergencia.
Y como tercer punto que me ha gustado especialmente os digo que el ratón, que de por sí es un periférico de gama alta y es normal que alguna vez quieras usarlo sin la alfombrilla debajo, se puede utilizar de forma autónoma, y para ello sólo hay que desconectar el microUSB que tiene la alfombrilla y conectarselo al ratón en su parte frontal, donde tiene un puerto muy bien situado para cuando queramos utilizar el Mamba HyperFlux en algún viaje y no podamos transportar todo el equipo.
Conclusiones
Por si no os habíais dado cuenta hasta ahora, el Mamba HyperFlux es el mejor combo ratón más alfombrilla que he probado nunca. Es cómodo, bonito, funciona sin un sólo fallo, los componentes son de la gama alta con un buen sensor óptico y pulsadores mecánicos. Ah, y se me olvidaba, totalmente personalizable tanto en macros como en iluminación (tecnología Chroma de Razer) gracias a la aplicación Razer Synapse.
Eso sí, esta genial obra de ingeniería, que puede hacer realidad el sueño de muchos (los que siempre quisimos tener un ratón inalámbrico que no tuviera que cargarse), tiene un precio elevadísimo, concretamente, unos 280 euros.
Nadie dijo que el cielo fuese barato, pero puede merecer la pena.