Análisis del Razer Lancehead, un ratón inalámbrico para gaming
- 13 septiembre, 2018
- Chema Carvajal Sarabia
Con diseño para ambidextros, batería de hasta 24 h y un sensor láser 5G con 16.000 DPI reales, el Razer Lancehead Wireless quiere convencer a los jugadores que busquen soluciones sin cables y sin pérdidas de señal
No es fácil encontrar periféricos gaming sin cables que estén a la altura de los jugadores más exigentes, ya que las pérdidas de señal, de apagados repentinos y de falta de fiabilidad son bastante ocurrentes, siendo este el motivo por el cual casi todos los jugadores profesionales confían en equipos con cable. Pero esto no significa que no haya periféricos que estén a la altura, y para intentar demostrarlo vamos hoy con el Razer Lancehead Wireless.
Este ratón inalámbrico de la compañía Razer promete un funcionamiento gaming a la altura de cualquier tarea, y para intentar convencernos nos lo mandaron hace un mes a las oficinas, para que lo pusiéramos a prueba. Y eso hemos hecho.
Como siempre hacemos en cada análisis, vamos a empezar poniendo las características técnicas del equipo a analizar:
- 9 botones con programación independiente
- Pulsadores mecánicos Razer
- Sensor láser 5G de 16.000 DPI
- Tiempo de respuesta de 1 ms
- Iluminación Chroma con 16,8 millones de opciones de color personalizables
- Capacidad de rastreo de 210 pulgadas por segundo (IPS)
- Conexión inalámbrica y alámbrica
- Tamaño aproximado: 1117 mm x 71 mm x 38 mm
- Peso aproximado: 111 gramos sin cable
En este mes de uso hemos jugado y trabajado con él, como siempre hacemos (hago, en concreto), así que ahora toca deciros qué tal se ha comportado este Razer Lancehead Wireless que tan difícil tarea tiene ante sí: competir con sus hermanos con cable.
Sensor láser, la sorpresa
Sí, la elección del sensor en este Razer Lancehead es toda una sorpresa, ya que desde la compañía americana llevan eligiendo para todos sus ratones el sensor óptico 5G que tan buenos resultados les está dando, tanto por rendimiento propio como en comparación con sus rivales.
Y decimos esto porque esta vez han decidido poner un sensor láser 5G, con los mismos 16.000 DPI que su hermano mayor, pero con menor capacidad de rastreo, ya que pasa de los 450 IPS a 210 IPS. Pero, ¿por qué han hecho esto desde Razer? Pues suponemos que porque el sensor láser consume menos batería y eso es clave en la autonomía de un ratón inalámbrico.
Pese a ello, podemos aseguraros que esta elección no se ha notado durante el uso del ratón, y si no hubiese sabido que habían decidido volver al láser no me habría ni cuestionado el sensor que llevaba, dando por supuesto que era el clásico óptico 5G.
Eso sí, pese a entender que el motivo es de peso y a nivel de ingeniería tiene su lógica, no deja de sorprendernos que su hermano menor, el Razer Lancehead con cable, sí lleve el sensor tope de gama y este opte por el láser, que si bien no se nota a nivel usuario, sobre el papel es claramente inferior.
Diseño ambidextro y batería para una sesión extrema
Lo primero que llama la atención cuando sacamos el Razer Lancehead de la caja es que el diseño es simétrico, teniendo los mismos botones a la derecha ya la izquierda, por lo que los zurdos y los diestros pueden usar este ratón sin ningún problema, algo que para la gran mayoría de la población no es un fastidio, pero que para la pequeña parte los usuarios zurdos sí que es un engorro porque apenas hay ratones para ellos.
Así que en este modelo Razer no hace elegir a los zurdos o diestros por un modelo específico para ellos, sino que lanza un periférico incluso para ambos usuarios. A nivel de comodidad el Lancehead es muy ergonómico, con el detalle de que en manos grandes puede llegar a no ser fácil de sujetar con firmeza, ya que han optado por hacerlo más plano que sus hermanos Basilisk o Deathadder. El diseño es más atractivo, pero creo que menos efectivo en algunos usuarios (como es mi caso).
Eso sí, se ha hecho un buen trabajo a nivel de diseño, ya que es bonito y elegante, con dos recubrimientos de goma en los laterales, donde se encuentras los dos botones clásicos (el hacia adelante y hacia atrás, o el subir y bajar inventario en los juegos), atravesadas por dos tiras led RGB, y una ruleta gomosa y bien construida en el centro exacto del ratón, la cual se puede, además, pulsar y programar, como los dos botones de subida y bajada de DPI que se encuentras encima de la ruleta.
En cuanto a la batería, estamos ante un modelo que la lleva integrada (motivo que le hace pesar un poco más que sus hermanos, llegando a los 111 gramos), por lo que no usa pilas ni receptores de energía como otros modelos. Sobre el papel llega a las 24 horas de autonomía, pero en mi uso no he llegado a pasar de las 20 horas sin luces y de las 14 con el Chroma activado. Pero no estamos ante malos números, ya que será raro que estéis más de 14 horas usando el ratón sin acordaros que tenéis que cargarlo.
Y, para hacerlo, tan sólo tenéis que conectar el Razer Lancehead a través del cable microUSB que trae incluido y utilizarlo como un ratón normal con cable y en una hora lo tenéis cargado al 100%. Y el uso del ratón con el cable es igual que el Lancehead Tournament que analicé, no se nota ni más torpe ni más pesado.
Experiencia de uso en trabajo y juego
Ahora llegamos a lo importante, porque todo lo que he dicho está muy bien para que os hagáis una idea de lo que os vais a encontrar una vez abierta la caja del Razer Lancehead, pero lo que de verdad importa es la experiencia de uso de este periférico en las dos tareas clásicas: trabajar y jugar.
Para trabajar, la verdad es que ni una sola queja, funciona igual que un ratón con cable sólo que con un uso más cómodo, ya que no tenemos el lastre que es el cable, el cual siempre acaba enganchándose con algo o tirando un poco. Pero vamos, que ni un sólo problema en este mes trabajando con él.
Y, en cuanto a su uso jugando, sí que he encontrado algunas anomalías que me han hecho no encontrarme cómodo al completo. Sí, funciona 99,99% del tiempo de forma genial. La respuesta del sensor láser es perfecta y jugar sin un cable de por medio es una gozada, eso es indiscutible.
Pero, de vez en cuando, no todos los días claro, en juegos de mucho frenetismo (en cuanto a movimiento de ratón) sí perdía la señal durante un instante, dejándome vendido durante unos milisegundos interminables. Estos lagueos desaparecían cuando íbamos por cable. En mi búsqueda de saber a qué se debía opté por pensar que en mi edificio, lleno de frecuencias WiFi a 2,4 GHz, podía estar creando algún tipo de interferencia, pero desde Razer aseguran que el ratón tiene una tecnología que cambia automáticamente el canal de frecuencia, para funcionar en la que menos tráfico haya.
También puede ser que el error venga exclusivamente de mi unidad de review, ya que en foros muy poca gente ha reportado este error. Quintado esto, el ratón es genial prácticamente todo el tiempo, sin fallos ni lagueos, siendo preciso y sólo dándonos problemas en aquellos juegos de muchísimo movimiento brusco con altos valores de DPI.
Conclusiones
Como veredicto final toca hacer recapitulación de todos los puntos que hemos repasado durante el análisis y decir que estamos ante un ratón muy completo dentro de la oferta inalámbrica que hay ahora en el sector.
Es bonito, para ambidextros, tiene funcion Chroma y es muy personalizable gracias a la aplicación Razer Synapse, puede utilizarse con o sin cable de forma intuitiva y muy cómoda y es ligero, además de tener una autonomía que aguanta una sesión extrema de juego. En definitiva, un ratón que puede servir a cualquiera que busque estas características.
Quitando los fallos puntuales que hemos experimentado en juegos como «Battlefield 1» u «Overwatch», que se solucionan poniendo el cable, el uso y la experiencia del Razer Lancehead Wireless ha sido muy satisfactoria. Si estáis buscando un ratón por unos 120 euros este modelo puede ser vuestra elección sin ninguna duda.