Lo que más se valora en el mundo del gaming en cuanto a auriculares no es, como podría suponerse, la máxima fidelidad de audio. ¿Cómo? Se preguntarán algunos. Pues sí, para jugar no se necesita una calidad audiófila, sino un buen sonido unido a algo fundamental: comodidad.
Si algo saben los gamers es que una partida se puede convertir en mil, y las sesiones pueden llegar a duras horas -e incluso días-, por lo que el sonido, siempre y cuando sea bueno, no es lo más importante, sino que la comodidad y la ergonomía pueden llegar a serlo todo. Pues bien, ese mensaje parece que desde Razer lo han captado y han sabido traducirlo en unos auriculares, concretamente, en los Razer Tiamat 2.2 v2.
La compañía de periféricos norteamericana ha lanzado al mercado la revisión de sus antiguos Tiamat, ahora en versión 7.1 y 2.2, y nosotros hemos podido probar durante todo un mes éstos últimos y os traemos nuestra opinión sobre estos auriculares.
Para comenzar, como siempre, os dejamos sus características técnicas:
Nuestro uso ha sido, principalmente, orientado al gaming, ya que es para lo que están hechos, aunque también hemos escuchado música o mantenido conversaciones vía Discord o Skype para comprobar la calidad del micrófono y la claridad con la que se escuchan las voces.
Para comenzar, tenemos que hablar de la calidad de audio, ya que suele ser el punto flaco de estos equipos, que se centran en otras cosas (como el diseño o el 7.1 virtual). En el caso de los Razer Tiamat 2.2. v2 podemos aseguraros que el sonido que se escucha es mejor de lo esperado, llegando a dejarnos a veces sin motivos para coger los Bose que tenemos en la oficina para cuando queremos analizar una pieza de audio.
Está claro que no están creados para ser Hi-Fi, ni pretenden serlo, pero en su diseño han conseguido un buen equilibrio acústico, en el que tan sólo desentonan los potentes graves que tienen incorporados en los auriculares (dos subwoofer en cada lado). Aunque incluso este refuerzo de los bajos tiene su lado bueno.
En los juegos de guerra, o en los de terror y tensión, este uso desbalanceado hacia el grave puede suponer una ventaja, ya que más de uno creerá que se encuentra en las Ardenas o que de verdad tiene al monstruo justo en su espalda y, la verdad, no hay nada como sentirse dentro del juego, y aquí el audio juega un papel fundamental.
En cuanto al resto de juegos, el rendimiento de los Razer Tiamat es muy bueno. Los pasos se escuchan con claridad, es fácil situar el helicóptero que te está rondando -el 7.1 virtual es bueno- y el viento que azota los árboles mientras cabalgas con Sardinilla en los mundos de Geralt de Rivia se oye muy real. Buen trabajo de Razer en este punto.
Pero como antes hemos dicho, la característica fundamental de unos auriculares gamers son la comodidad. Pues bien, los Razer Tiamat son comodísimos. Su construcción, hecha de aluminio la parte de la diadema superior -lo que le dota de estabilidad y solidez-, se remata con una banda elástica de tela y plástico que es la que ajusta los auriculares a nuestra cabeza. Y hay que reconocer que tanto la banda como la diadema hacen un fantástico trabajo.
Además, para rematar en comodidad y ergonomía, las almohadillas recubren toda la oreja, por lo que puedes llevarlos en sesiones infinitas de juego o trabajo, sin llegar a fatigar o hacer daño. Y ya no sólo por recubrir toda la oreja, si no por la calidad de las almohadillas, que están acabadas en una imitación de piel que es muy agradable al tacto.
Y en cuanto al peso, éstos no llegan a los 300 gramos, por lo que se mueven poco una vez puestos y no hay sensación de que se te vayan a caer si haces un movimiento brusco, algo que puede ser muy molesto con auriculares más pesados, ya que éstos se suelen deslizar con facilidad.
En cuanto al micrófono, algo clave para los jugadores que le dedican mucho tiempo al juego cooperativo -ya que utilizan aplicaciones como Discord, TeamSpeak o Skype-, podemos decir que cumple su función y con nota. Y esto significa que el audio que recoge el micrófono es muy bueno, ya que no robotiza la voz y que la traslada de forma bastante fiel, sin saturar la señal ni metiendo ruido.
Además, cancela de forma automática los pequeños ruidos que solemos tener alrededor (como pasos, voces lejanas, o coches pasando por la calle) por lo que, los que nos escuchen, no tendrán queja.
El brazo del micrófono es móvil, pudiendo plegarlo al auricular izquierdo o extenderlo a la altura de la boca, pero no flexible, así que no lo manipuléis demasiado o se quebrará.
Hay que aclarar que el cable de los Razer Tiamat 2.2 v2 mide 1,3 metros y acaba en una sóla conexión minijack, en la que se juntan la salida de audio y micrófono, perfecto para usar con móviles o equipos que tienen una sóla entrada minijack.
Pero no os asustéis, en la caja viene un alargador de dos metros que se conecta a la salida del auricular y que, además de hacer que el cable sea mucho más largo, consigue que tenga dos salidas, una minijack para el audio y otra igual para el micrófono, por lo que todo el mundo podrá usarlo en su PC, consola, smartphone o tablet.
Por último, comentar que los Razer Tiamat tienen en su cable, a pocos centímetros del auricular izquierdo, un pequeño controlador que nos permite subir o bajar el volumen, y activar o desconectar el micrófono.
Si buscas unos auriculares que estén bien construidos, que te permitan llevarlos durante horas y que suenen mejor que la media, los Razer Tiamat 2.2 v2 son una elección inteligente y no muy cara para el buen trabajo que hacen.
Sus acabados en metal y plástico duro, su buen micrófono y su longitud de cable a elegir, entre uno o tres metros, le dan una versatilidad y una robustez que te permiten tanto llevarlos en el metro mientras juegas a la Switch como disfrutarlos en casa mientras te echas unas partidas al «PUBG».
Por unos 130 euros los Razer Tiamat ofrecen un producto muy equilibrado que bastará para la mayoría de jugadores.