Aparecer en un avión. Elegir donde saltar. Saltar. Llegar a tierra. Avituallarte. Sobrevivir. Ese es el resumen más básico y más fiel que podemos hacer del «PlayerUnknown’s Battlegrounds” tras más de 100 horas de juego y unas 5 o 6 victorias que, sinceramente, supieron a gloria.
El PUBG es un juego que ha sabido conectar con el público. Uno de esos juegos que salen en el momento apropiado. Uno de esos juegos que la gente necesitaba sin saberlo. Tanto es así que, cuatro meses después de su lanzamiento en acceso anticipado y siendo algo poco más que una alfa (sí, oficialmente es un beta, pero tiene errores de alfa), ha conseguido revolucionar Steam, Youtube, Twitch y el mundo entero.
A día de hoy, y según los datos de «Steamspy», el juego ha vendido 5 millones de copias. Para que os hagáis una idea: ha vendido tanto como «Halo 5» en año y medio, y más que el aclamado «Resident Evil 7» en 7 meses. Toda una proeza para un juego sin apenas publicidad y sin terminar.
Pero, ¿qué tiene el juego que engancha tanto? Pues varias cosas que lo convierten en adictivo. Vamos a verlas una a una.
Tensión. El título consigue que el jugador se encuentre en tensión desde que cae a tierra hasta que termina la partida. Escuchar pasos al otro lado de la pared, oír una puerta cerrarse en la casa en la que te encuentras, o ver como un coche frena cerca de tu posición, son los momentos en los que tu corazón empieza a bombear más rápido, mientras te preparas para un futuro e incierto enfrentamiento que te puede llevar a sobrevivir 5 minutos más o a tener que salirte al vestíbulo a buscar otra oportunidad.
Compañerismo. En casi todos los títulos multijugador el equipo no juega como un ente. Lo normal es que cada miembro de la patrulla se busque la vida y si eso eches una mano a tus compañeros para salvar tu también el pellejo. En «PlayerUnknown’s Battlegrounds” la cosa cambia. Uno es tan fuerte como lo son sus compañeros.
Es decir, cuanto más fuertes seáis como equipo y cuanto mejor armados vayáis, más posibilidades tendréis de ganar, y esto se traduce en: generosidad y compañerismo. ¿Que te sobran botiquines? Pues se los das al que menos tiene. ¿Que tienes dos miras x4? Pues se la dejas a tu compañera que va con la de punto rojo. Y así con todo. Te sacrificas por un bien mayor (eso sí, si sólo juegas en modo un jugador olvida todo lo que te he dicho, el mundo es un lugar frío e inhóspito para ti).
Táctica. A todos nos gusta creernos Alejandro Magno, Julio Cesar o el general Montgomery. Todos, en nuestras cabezas, somos los mejores estrategas que el mundo haya visto. Y por eso mismo las discusiones que el PUBG deja para la humanidad cuando hay que moverse del punto A al punto B son dignas de ser grabadas y reproducidas. Sobre todo al final de la partida, cuando vuestras estrategias os han fallado y un sólo contrincante ha conseguido derribar a vuestro equipo de cuatro porque dejasteis la retaguardia desprotegida.
Adrenalina. Si bien el 99 % de las partidas acaban en un estrepitoso fracaso. Ese 1 por ciento restante es lo que hace que todo el sufrimiento, que todas las derrotas, y que los cien intentos hayan merecido la pena. La sensación de victoria en este juego es una de las más placenteras que jamás hayamos experimentado en el mundo de los videojuegos. Cada victoria es única y especial, y te pasaras días narrando a tus amigos como conseguisteis (o conseguiste) imponeros a esos 90 y pico rivales en la ciudad de Pochinki entre una lluvia de bombas y metralla.
Bien, ahora que ya os hemos explicado los cuatro puntos fuertes del juego que han conseguido enganchar a 5 millones de jugadores, toca hablar de su carrera hacia la publicación oficial.
Lo bueno de llevar meses jugando al «PlayerUnknown’s Battlegrounds” es que hemos sido testigos del trabajo de actualización, corrección y ampliación que está haciendo Bluehole (desarrolladora del título) con el juego. Y por eso mismo podemos decir que el trabajo realizado hasta ahora parece insuficiente.
Desde que instalamos el juego por primera vez, hace tres meses, hemos sido testigos de unos seis parches. Todos ellos prometiendo mejoras en la jugabilidad y prometiendo arreglar los continuos y molestos crasheos (cierres inesperados del juego). ¿Hicieron algo estos parches? Poco.
Lo único que hemos experimentado de mejora en los últimos meses es la reducción del tiempo de carga al entrar al juego, algo que era muy molesto ya que cada vez que terminas una partida el juego se reinicia sólo (algo que seguimos sin entender).
Según dijo Brendan Greene, principal responsable del desarrollo del juego, a finales de año saldrá el título en Xbox One X, también sacarán un mod con zombies y además meterán pronto una actualización de parkour (es decir, que los personajes por fin podrán saltar los objetos de forma natural, no como hasta ahora, donde apenas pueden sortear un bordillo).
Si todos estos planes son realistas, a Bluehole le queda mucho camino por delante ya que:
Pues bien, ahora que hemos resaltado los puntos positivos del juego, después de poner las promesas que han hecho desde Bluehole, y después de señalar los mayores defectos y problemas que sufre el título a día de hoy, podemos decir que Bluehole tiene entre las manos uno de los juegos más exitosos de los últimos años y que es su responsabilidad invertir la enorme cantidad de dinero que han ganado hasta ahora en hacer un juego aún mejor. A la altura de las 5 millones de copias que han vendido en cuatro meses y de la confianza que los jugadores han depositado en ellos.
Mientras tanto, nosotros continuaremos disfrutando y odiando este genial título a partes iguales. Nos vemos en Pochinki.