Están ahí dentro, resguardados de la lluvia, no saben que les vigilas, no les importaría aunque lo supieran. Tienes tus ordenes, has visto lo que va a pasar, solo tienes que seguir el ritmo preestablecido. Entra durante la noche, deja que tu espada cante mientras tu bailas la danza de la muerte. Sin pausa, sin prisa, vaciando cada habitación de esperanzas, de futuros inciertos, de tanto potencial. Sin pausa, sin prisa, llenando cada habitación de vísceras, de sangre, de cosas que antes eran humanos y que ahora son ejemplos, historias de terror. Sales a la calle empapado de tus objetivos, el trabajo está hecho, tu piel brilla cubierta de una capa negra e irreal, no importa, la lluvia limpiará la sangre. Siempre lo hace. “Katana Zero”.
Hay pocas cosas en esta vida mejores que los samuráis, el arte pixel-art propio de finales de los 90 y la ambientación retrofuturista ochentera. La buena gente de Devolver Digital lo tiene claro, ha demostrado con creces que sabe elegir que desarrollos apoya y con Askiisoft, ha vuelto a acertar. No niego que tanto el tema como el arte del juego me han tocado el kokoro desde el primer momento, pero queda claro que la desarrolladora apunta muy alto con su tercer título, y aquí estoy yo para contaros porque es un firme candidato para mi lista particular de los mejores del año.
Seremos El Dragón, un asesino profesional con serios traumas infantiles, que tendrá que intercalar entre sus asignaciones y sus visitas al psiquiatra. Por suerte, será el doctor el mismo que nos escuche hablar de nuestros sueños y nos provea de los dosieres que contendrán nuestras ordenes del día.
Poco más os voy a decir de la trama en parte porque no os la quiero destripar y porque la cosa se lía que da gusto durante las cuatro horas que me ha durado el título. Y este es el peor punto de “Katana Zero” , acaba demasiado abruptamente, sencillamente, cuando la cosa está en todo lo alto, se acaba. No me cabe duda que la gente de Askiisoft tiene pensado seguir trabajando en la historia, pero he de reconocer, incluso con esa esperanza en mente, que “Katana Zero” me ha dejado con ganas de más de la peor manera posible.
Pasemos a la chicha del título. Estamos ante un juego de acción 2D donde todo el mundo (incluidos nosotros) morirá de un golpe y en el que deberemos ir despejando zonas pequeñas abriéndonos paso, poco a poco, hasta nuestro objetivo. Para ello contaremos con nuestra fiel katana, nuestra esquiva (fruto de años de entrenamiento) y con la capacidad de usar a nuestro favor ciertos objetos arrojadizos con los que atacar a distancia, amén de un tiempo bala muy escaso perfecto para salir de situaciones complicadas. Parece sencillo y lo es, pero esta combinación esta a su vez llena de posibilidades.
Nuestra espada no sirve solo para cortar, también podemos usarla para parar ataques y devolver balas (con el resultado lógico de hacer que nos sintamos como seres dorados y de luz), además podremos usarla para quedarnos unos segundos en el aire al realizar un ataque o un parry, para así ejecutar nuestro siguiente movimiento. Esto es importante, he dicho que“Katana Zero” es un juego de acción, pero también es un juego de puzles donde nuestra capacidad para planear cada fase se une con nuestra habilidad para ejecutar ese plan.
Los enemigos no siempre nos atacaran igual o con el mismo ritmo y en general tendremos que hacer frente a varios de ellos juntos. Las permutaciones de tipos de enemigos son finitas, pero siempre es bueno para la salud identificar quien hace que para contrarrestar sus intentos de eliminarnos. El Dragón es un asesino implacable, pero sigue siendo humano. Una bala perdida, un navajazo en las costillas y nuestra misión habrá concluido.
Por ello, no vamos a pelear, no de la manera que estamos acostumbrados al menos. El Dragón es un precognosciente (que puede predecir el futuro, para entendernos) y lo que haremos, fase tras fase, será planear cada movimiento, cada lance, cada parry y esquiva. Cuando el plan sea perfecto, podremos ver nuestra jugada grabada por las cámaras de seguridad. Esta capacidad hace que El Dragón sea poco menos que inmortal y el juego consigue, sin lugar a dudas, transmitir esa sensación al final de cada fase.
“Katana Zero” alardea de un pixel-art excelente, que a algunos recordará a los mejores títulos de finales de los 90, para recrear un mundo retrofuturista ochentero que desde Askiisoft han querido etiquetar como neo-noir. Un mundo rico en detalles y contundente a la hora acabar con los incautos que se nos pongan delante, gracias al uso de la luz y del sonido. Como en en el último título de Miyazaki, nuestra espada es una parte importante de la banda sonora original (y creedme, consigue que cada golpe y cada parada se sientan únicas e importantes).
Banda sonora de corte electrónico que, sin ser mi genero favorito, me ha acompañado excelentemente durante todo el juego. Sin duda, “Katana Zero” sería peor obra sin su música y se nota que desde Askiisoft lo saben, dándole la importancia que tiene con gestos tan sutiles, como que El Dragón se pare a reproducir cada canción antes de ponerse a planear cada fase.
Devolver Digital ha vuelto a traernos un título imprescindible que, por desgracia, me temo se va a ver eclipsado por una cantidad más que notable de lanzamientos grandes y de calidad incuestionable. Es verdad que acaba demasiado pronto y demasiado abruptamente, pero que me haya molestado tanto es la muestra de lo mucho que estaba disfrutando un título que, con todo, anima a ser rejugado. No solo por ciertos secretos ocultos durante todo el viaje de El Dragón, además cuenta con varios finales y con al menos un jefe final secreto que no he llegado a ver todavía.
Desde aquí recomiendo “Katana Zero” a todo el que quiera una experiencia pulida y contenida, de mecánicas sencillas y profundas que, sin ser un reto imposible, ponga vuestra habilidad a prueba, de la mano de un arte sublime y de una historia de esas que dejan ganas de más.
Podéis encontrar “Katana Zero” en PC (Steam, GoG) y Switch.
Para acabar con nuestros objetivos albornoz en ristre en “Katana Zero” hemos usado: