La gente que me conoce sabe que soy como una versión calva y barbuda de cierta loca de los gatos de tez amarilla, por tanto, no es de extrañar que cada vez que aparece un juego de gatetes esté más que dispuesto a enfundarme el batín, ponerme delante de la pantalla y darle todo mi amor. Si además el juego en cuestión viene avalado por el sello de Devolver Digital tenemos tres cuartas partes del camino hecho. Con todo esto presente empecemos, bienvenidos a Gato Roboto.
La obra de Doinksoft empieza mal, principalmente porque los primeros compases los dará Gary, capitán de nuestra nave y una suerte de patrullero espacial que, en medio de su ronda, recibe una señal de socorro de un planetoide abandonado. Pasado estos tediosos treinta segundos de humanos haciendo cosas de humanos, entrará en escena nuestra gatuna presencia ayudando a nuestro expendedor de comida con patas a aterrizar la nave y viéndonos en la tesitura de, además de tener que averiguar que pasa en el planeta en cuestión, salvarle el culo a Gary, después de que este haya decidido de forma unilateral sufrir un accidente para librarse de sus obligaciones como nuestro sirviente.
En la piel de Kiki no dudaremos en ponernos zarpas a la obra para salvar a Gary, en parte porque somos la mejor dueña que un humano puede desear y en parte porque nuestro cajón de arena no se va a limpiar solo.
Puede que en “Gato Roboto” encarnemos a un ejemplar de los seres más magníficos y elevados de la creación. Puede también que Kiki sea una gatita delicada y elegante. Y puede que estemos ante unos de esos títulos con énfasis en la exploración y el plataformeo pero no exento de peligros dispuestos a acabar con nuestra excelsa existencia. No es de extrañar entonces que nuestro gatuno avatar no dude ni un segundo en aparcar sus peludas y suaves patas dentro de un traje de combate fuertemente armado.
Nuestro periplo por la base de investigación lo haremos principalmente dentro de la armadura, pero será de importancia capital salir de la misma y mancharnos las zarpas personalmente para abrir ciertos caminos o para encontrar coleccionables, mejoras y habilidades para nuestro traje de combate. En esos momentos seremos extremadamente vulnerables y tendremos que llevar bastante cuidado para no perder nuestro pelaje.
Como buena obra del género contamos con todos los clásicos, enemigos a los que disparar, pequeños puzles, habilidades para abrir caminos nuevos, fases acuáticas, saltos imposibles y un mapa que poco a poco irá creciendo en tamaño y complejidad. Nada nuevo, pero nada mal ejecutado. Una vuelta sin tapujos a tiempos más simples.
En general, la obra de Doinksoft no es especialmente exigente y aunque se puede llegar a morir bastante, por culpa de un control menos pulido de lo que debería, el título no penaliza demasiado los errores. Los enemigos, las secciones de plataformas y los puzles son tirando a facilones y los únicos “retos” los encontraremos en forma de jefes de zona (aunque para el jugador veterano no supondrán un gran problema).
Toda esta ensalada está aliñada con una duración más que correcta de entre tres y cinco horas (si queremos todos los coleccionables) para los más veteranos. Creo que le sienta genial ser tan cortito, si durara más correría el riesgo de aburrir dada la baja dificultad del título y me parece que no estaba en los planes del equipo de desarrollo el convertir a “Gato Roboto” en un título altamente rejugable o en un secuestrador dispuesto a chuparnos cuarenta o cincuenta horas de nuestra existencia.
Hablemos de lo visual, ya sabéis lo que me gusta, pixel gordo y monocromo imitando a la época de los 8-bits. Las aventuras de Kiki entran por los ojos y el título es de esos que sin dejar indiferente a nadie usa su apartado artístico para ser reconocido de un simple vistazo. “Gato Roboto” no es un portento gráfico ni está lleno de detalles, pero derrocha personalidad y tiene una marcada identidad que lo hace inolvidable.
Por desgracia la banda sonora no está a la altura y por mucho que me guste el chiptune he de reconocer que a la larga se ha convertido en poco más que ruido de fondo. Cumple, pero se queda atrás si la comparamos con el resto del arte del juego.
Con este análisis estoy teniendo sentimientos encontrados. Por una parte me encanta el género y la estética, y por otra se me ha hecho demasiado sencillo. Disfrutable, pero en un mar de títulos similares algo difícil de recomendar a los veteranos (que deberían tirarse de cabeza a por cosas como Hollow Knight). Sin embargo, si quieres empezar a meterte en el género o si conoces a alguien a quien quieras recomendarle un título de exploración y plataformeo que no tenga experiencia previa, puede que el trabajo de Doinksoft sea el título adecuado.
A mí personalmente me tenían ganado con la estética y la premisa gatuna, que haya terminado siendo una aventura más comedida y relajada de lo que me esperaba no le resta puntos, pero entiendo que en parte pueda decepcionar a algunos jugadores. Mi mayor pega con “Gato Roboto” es, sin duda, un control que sin ser un desastre tiene margen de mejora.
Podéis encontrar “Gato Roboto” en PC (Steam) y Switch
Versión analizada: Steam
Para ponernos en la peluda piel de uno de los únicos y auténticos dioses hemos utilizado: