Lo confesamos, en cuanto vimos el primer frame del primer tráiler de «My Friend Pedro» nos dimos cuenta de que necesitábamos jugar a ese juego. Desarrollado por DeadToast Entertainment y lanzado el pasado 20 de junio para Nintendo Switch y PC, nuestro amigo Pedro y el prota encapuchado (cuyo nombre no sabemos) han encandilado a todo el mundo gracias a distintos factores y mecánicas que casan muy bien entre sí.
Sin más dilación, ¡vamos con el análisis que hay tela que cortar!
La premisa es clara, y quitando los comienzos de cada fase donde nuestro amigo platano nos troleará o contará algún retazo de la historia, aquí hemos venido a pegar tiros y os aseguro que os vais a inflar a matar.
Con un hilo argumental bastante pobre y consciente de sí mismo, todo comienza con el plátano sacándonos de una celda de los bajos fondos de la ciudad donde Mitch el Carnicero pensaba hacer salchichas con nuestros jamones. Y ya, a partir de ahí, todo será un sucesión de niveles de pegar tiros y vencer a diferentes enemigos.
Y la verdad es que aquí no hay mucho más que contar, debido a que todo gira en un aura de misterio e incertidumbre que nos hace avanzar sin saber muy bien por qué. Aunque os aseguramos que hay un porqué.
Pegar tiros sustenta el 70% de la acción y el otro 30% es trabajo de las plataformas. Siendo un juego de scroll lateral en dos dimensiones el título juega con la necesidad de acabar con distintos enemigos repartidos por cada estancia y con distintas armas que nos obligan a tomar diferentes estrategias. Amén de precisar de bastante habilidad.
Se puede disparar a dos sitios diferentes a la vez (cuando llevamos dos armas), podemos ralentizar el tiempo, girar sobre nosotros mismos para esquivar balas, hacer volteretas en el aire, meter patadas y utilizar todo tipo de objetos para nuestro beneficio. Vamos, que falto de mecánicas no va si a todo esto que pegar saltos es bastante importante.
El problema viene en la maestría de estas mecánicas, siendo el mayor escollo sentirnos cómodos con todas estas opciones en un juego que nos vendieron como espectacular en todas sus fases. Y sí que puede ser espectacular, pero creo que la duración de apenas 3 horas no permite que los jugadores nos sintamos con un verdadero John Wick, siendo necesario rejugarlo un par de veces para terminar los niveles con la sensación de ser intocables.
Por supuesto el juego te pone una nota y puntua cada zona cuando la terminamos, ayudando a transmitir la necesidad de la repetición para mejorar nuestros números, porque de primeras os aseguro que serán bastante lamentables.
Algo que no cuadra con el título son los escenarios. Casi todos muy genéricos y poco inspirados, teniendo apenas detalles sobresalientes en alguna fase de plataformeo pero siendo la mediocridad el común denominador.
Mismos pasillos, posición de los enemigos y poca variedad. Quitando ciertas fases de lo más rocambolescas (y que son, sin duda, lo mejor del juego), la normal general no sobrepasa el aprobado raspado. Y esto también pasa con los enemigos, los cuales no destacan por su variedad.
En cuanto a las armas, elementos fundamentales en el juego, no puedo quejarme, ya que con el rifle de asalto, las uzis, las pistolas, la escopeta y el francotirador el pegar tiros no llega a hacerse repetitivo, además de que hay momentos en los que tenemos que usarlas inteligentemente para acabar con los enemigos.
El juego tiene más puntos positivos que negativos, ya que este indie propone unas mecánicas y una ambientación muy originales donde los jugadores más habilidosos pueden sentirse como el mismísimo John Wick.
El problema es que para llegar a esa maestría es necesario pasarse el juego al menos tres veces, y la historia y los escenarios no ayudan a esa rejugabilidad en busca de la perfección.
Si bien puede ser un juego para el público más mainstream, sólo los amantes de las puntuaciones y las notas altas encontrarán en «My Friend Pedro» un título memorable, digno de rejugarlo varias veces.
En mi opinión el juego consigue sorprender al jugador bastantes veces y esto es digno de admirar, además de asentar unas mecánicas muy cuidadas y que funcionan a la perfección, pero lo noto falta de trabajo o de inspiración en determinados tramos, algo que podría pasar por alto al tratarse de un indie bastante modesto.
Para analizar «My Friend Pedro» he utilizado: