Análisis de Micro Mages, 40KB de amor a la NES
- 26 mayo, 2019
- Sergio Gómez
Hace casi 26 años del nacimiento de uno de los mayores hitos en la historia del videojuego. Un soleado 15 de Julio de 1983 nace la Famicon en Japón y hoy puedo decir con orgullo que he jugado a lo último que ha salido para la máquina de Nintendo de la mano de Morphcat Games, el poema de amor a la NES llamado Micro Mages
Lo retro llega un tiempo de moda y no parece que vaya a dejar de estarlo en breve. No es, por lo tanto, raro ver como cada poco tiempo sale un buen puñado de indies, que entre otras cosas, tiran de nostalgia ochentera y noventera para intentar destacar a base de pixel-art y música chiptune. Lo que no se suele ver tan a menudo es que un equipo de desarrollo apueste por sacar un nuevo título para una plataforma cuya vida comercial acabó hace más de 15 años, que se dice pronto. Fruto de una pasión desmedida por la segunda sobremesa de Nintendo, los berlineses de Morphcat Games nos traen en el año 2019 de nuestro señor (el 2562 para nuestros compañeros budistas) lo nuevo para la Nintendo Entertainment System, el título de acción plataformera, «Micro Mages».
Acuérdate de echar el cerrojo
Como buen arcade de antaño, el argumento del mismo se nos presentará con unas pocas líneas al meter el cartucho en la consola. Como buen arcade de antaño, esas pocas líneas son poco menos que un resumen muy escueto del verdadero lore del juego, lore que encontraremos en su manual. Como os decía el equipo de Morphcat rezuma amor por esos tiempos más sencillos, donde con una cruceta digital y dos botones podíamos salvar galaxias enteras después del colegio.
Tiempos en los cuales sentarse a leer el manual del juego, ya fuere porque estuviera la televisión secuestrada por la autoridad paterna/materna o porque hay que cultivar la mente cuando se hace uso del trono, era algo indispensable para meter un pie en las entrañas de la aventura que íbamos a acometer. Con todo esto quiero dejaros clara una cosa, puede que el juego nos diga que hemos de ir a la fortaleza del demonio a salvar a nuestra amada princesa. Pero el manual deja bien claro que el secuestro de la misma es a todas luces culpa de cierto mago de túnica azul (cuyo nombre no revelaremos por desconocimiento del mismo y porque ya tiene suficiente con lo suyo) y de su ineptitud al dejarse el cerrojo de la puerta de casa sin echar.
Plataformas, tiros y un poco de samba chiptunera
Si hay un género que lo petaba en la generación de los 8 bits era el de las plataformas. Pocas cosas nos pirraban más por aquel entonces que ir avanzando de salto en salto para ir a darle su merecido al malo de turno. «Micro Mages» es de esos juegos, menos frecuentes, donde avanzaremos en scroll vertical hacia arriba, escalando por una serie de torres en la fortaleza del demonio, al final de las cuales nos batiremos en duelo contra el jefe de turno. Todo muy sencillo y a la vez muy pulido.
Saltar y disparar, puede que sean dos de los verbos más viejos de los videojuegos, en el estudio alemán lo saben de sobra, y de sobra han sabido implementar ambas mecánicas con la posibilidad de disparar en las cuatro direcciones de la cruceta y con un control tremendamente preciso en el salto que, además, va acompañado de la posibilidad de saltar de pared en pared y de planear unos segundos usando el objeto adecuado.
En una época donde la norma suele ser meter una gran variedad de mecánicas o al menos un par de ideas locas para destacar, puede que saltar y disparar sepan a poco sobre el papel. Nada más lejos de la verdad, cada vez que me pongo con «Micro Mages» acabo enganchado hasta, al menos, darle todo mi amor al jefe de la primera torre. Es tremendamente divertido ir trepando de plataforma en plataforma mientras matas o esquivas los diversos enemigos que nos iremos encontrando. Además contaremos con una mecánica de rabiosa actualidad y que, he de confesar, no he descubierto hasta leerme el manual del juego después de pasármelo, el baile. Nuestro mago puede bailar en cualquier momento de la partida y puede parecer una tontería, pero el descubrirlo me alegró el día y bien merece ser comentado.
Lo peor es que el juego, como casi todos los de la época, es bastante corto. La primera vuelta se puede hacer en 40-45 min y casi sin morir, y aquí es donde entra el New Game+. Un NG+ que además de plantearnos la clásica subida de dificultad, nos cambia escenarios, enemigos y patrones de ataque, además de proporcionarnos un final nuevo. En general y si se te da bien el género, el cartucho de Morphcat Games da para un par de horas de aventura jugando en solitario, y para tardes enteras jugando con hasta tres personas más en multijugador local.
Por desgracia (y porque soy un antisocial de mierda también) no he podido darle caña al multijugador a cuatro que lleva el título. Pero jugando a dobles las risas ya están servidas, en esencia estamos ante un cooperativo con la posibilidad de hacerse la puñeta alegremente en un sano ejercicio de ver quien hace más puntos o provoca el mayor número de muertes entre sus aliados. Parece una tontería, pero lo de jugar a dobles en la misma pantalla es algo que con el tiempo se ha ido perdiendo, y que yo desde aquí me permito el lujo de reivindicar, y la posibilidad de jugar a cuatro eleva el estatus del título, de arcade retro a party game en toda regla.
Micro Mages, 40KB de arte
Tanto a nivel visual como sonoro, está claro que el título no pone a prueba el hardware de la consola de Nintendo. Pero faltaría a la verdad si no admitiera que me ha encantado, un pixel-art minimalista y lleno de detalle acompañado en todo momento de una banda sonora que acompaña a la acción y que nunca llega a cansar a pesar de ser pequeños cortes en bucle. El tema y la principal razón por la cual apoyé en kickstarter el proyecto, es que todo el juego ocupa la friolera de 40KB (en su versión de NES original).
Para ponernos en situación, este sencillo texto (imágenes a parte) ocupa ya 6KB, cualquiera de las capturas de pantalla que he incluido ocupan más que el juego entero. No solo es una buena anécdota, es toda una lección de optimización que desde el estudio decidieron muy acertadamente plasmar en un video promocional del kickstarter. Poco más de diez minutos que os recomiendo ver y que a un servidor le sirvieron para lanzar mi cartera a la pantalla y apoyar sin género de duda el proyecto de Morphcat Games.
Conclusiones
Personalmente he disfrutado y sigo disfrutando mucho «Micro Mages», en parte porque soy el público objetivo, personita con la mitad de la treintena bien pasada y enamorado de la estética pixelada (no en vano disfruté muchísimo «Eternum EX»), en parte porque el estudio afincado en Berlín ha creado un arcade pequeño pero divertido y redondo en todo lo que hace. Tanto si sois de esas personas que ama lo retro, como si estáis aquí por el plataformeo o los pixeles como puños, «Micro Mages» es para vosotros.
Podéis encontrar «Micro Mages» en Itch.Io, Steam y Broke Studio (en formato físico para NES)
Nota: 7,5
Versión analizada: NES, usando el emulador Higan
Equipo de pruebas:
Para ascender las diversas torres de la fortaleza del demonio en «Micro Mages» hemos utilizado:
- PC (RyZen 1600, Gigabyte RTX 2070 8GB Gaming OC White 8G, 16GB de RAM)
- Mando Xbox 360 y Teclado NGS NG Z20 Plus
- Acer ED242QR A 1080p/144Hz Freesync (Monitor principal) (El que he usado para jugar)
- Asus VH228T 1080p/60Hz (Monitor secundario)