Análisis de Days Gone, el exclusivo de Bend Studio que llega a PS4
- 10 mayo, 2019
- Chema Carvajal Sarabia
Tras algunos retrasos y otros contratiempos llega el esperado «Days Gone», un título que nos pone en la piel del motero Deacon St. John en una Oregón repleta de zombis. ¿Está a la altura el que puede ser el único exclusivo del año de PS4?
En Bend Studio comenzaron hace seis años a trabajar en «Days Gone». Según el propio John Garvin, director creativo y guionista del juego, fue en 2013 cuando ya tenía todas las piezas del puzle en su cabeza formando lo que años después se materializaría en forma de juego exclusivo de PlayStation 4.
Por si os estáis preguntando el porqué de que «Days Gone» sólo salga en PS4 tranquilos, que la explicación es rápida, y se debe a que Sony compró el estudio anteriormente conocido como Eidetic (responsables de juegos como «Syphon Filter») en el año 2000 y desde entonces han estado trabajando para ellos haciendo Spin-Off para las consolas portátiles de Sony, como son «Uncharted: El Abismo de Oro» o «Resistance Retribution».
Cuando se acabaron los encargos para las PSP y compañía llegó el momento que en Bend Studio estaban esperando: el de la carta de libertad para un proyecto grande y desde cero. Y de ahí salió «Days Gone», comenzando su desarrollo en 2013 y acabando con su publicación el pasado 23 de abril. Y, ahora que ya conocéis un poco mejor al equipo encargado de dar vida a Deacon y a sus desventuras, vamos con el análisis.
Si hay zombis hay cliché
Por supuesto estamos en una historia de zombis, así que lo normal es que haya una pandemia, una posible cura, muchos familiares muertos y un mundo desolador. Pues bien, en «Days Gone» no iban a ser menos y la verdad es que estamos ante un cliché como un castillo. Que si bien funciona no arriesga nada, condenando al juego a que en unos años nadie se acuerde de qué iba la historia, tan sólo de las hordas de zombis que le perseguían.
Pero para los que tengan interés en la narrativa os digo que en Days Gone encarnamos a un motero (de los de verdad, con chupa y banda de auténticos Satanases del Infierno) llamado Deacon St. John que parece mantener relación con sólo dos seres en la tierra: su mujer, Sarah; y su hermano -de banda- Boozer. Y digo esto porque es lo que nos dan a entender durante el juego, siendo estos tres personajes los protagonistas de la historia en diferentes grados.
La historia comienza con que el trío de protas está escapando de una ciudad totalmente infectada de zombis y con que todos van algo heridos, siendo Sarah la que peor parte se ha llevado ya que un navajazo en el abdomen la tiene en estado crítico. Tras encontrar un helicóptero de rescate para heridos y dejar a Sarah dentro ya que, por supuesto, no había sitio para todos y no podías dejar a tu hermano Boozer herido y sin ayuda, dejas que se vaya tu mujer prometiéndole que irás a buscarla en unos días, cuando consigas salir de la ciudad y conducir hasta el campamento donde se dirige el helicóptero.
Por supuesto esto no acaba ocurriendo y lo segundo que veremos será a Deacon y a Boozer conduciendo sus motos por una carretera de Oregón y habiendo pasado 600 y pico días desde esa despedida con tu mujer. Lo poco que nos cuenta la historia es que el campamento fue atacado por zombis y tu mujer no sobrevivió. Así que así estamos, con dos hermanos de hermandad motera sobreviviendo solos a un mundo totalmente amenazador y lleno de peligros, donde la vida se resume en hacer encargos para los campamentos de supervivientes para ganar algo de dinero y así poder huir al norte, ya que tanto Boozer como Deacon quieren irse de un estado que tantos recuerdos les trae.
Una historia demasiado larga que no sienta bien a los personajes
Ahora que ya os he puesto en antecedentes y sabéis de qué trato el juego es momento de pasar a criticarlo, porque como bien dije antes la historia es una sucesión incontable de clichés, que funcionan bien pero que no consiguen ni enganchar ni asombrar al jugador. Muy pocas veces me he encontrado en alguna situación que no se viese venir desde la lejanía.
Incluso en los momentos más intensos y de «mayor sorpresa» la pobre ejecución del juego a la hora de transmitir sensaciones ha acabado por crear un juego de lo más plano, en el que apenas recuerdo unos pocos chispazos de originalidad que me hayan sorprendido.
Y claro, el juego si te lo pasas a piñón son 30 horas, pero la media de duración se puede ir a las 40 horas sin problema, y esto le pesa muchísimo al título. Primero porque la historia no aguanta esa maratón de horas debido a su falta de inventiva y sorpresas. Y segundo porque los personajes están bastante descuidados en mi opinión. Voy a explicar esto.
Deacon es el mismo motero al comienzo del juego que al final, después de haber pasado por miles de situaciones límite y de encrucijadas nuestro querido St. John no cambia ni un ápice. Misma expresión, mismos diálogos, misma mentalidad y misma actitud. Qué lejos quedan Arthur Morgan e incluso Kratos (por poner un ejemplo de un exclusivo reciente de PlayStation 4), donde su buena construcción como personajes permite al jugador apreciar un cambio natural en ellos. Pues bien, en «Days Gone» apenas os diría uno o dos personajes que lleguen a transmitir algo, e incluso que demuestren una evolución conforme avanza la trama (no diré nombres porque aparecen en el juego tras unas horas del comienzo).
La necesidad de alargar una trama muy manida junto a personajes que apenas llegan a transmitir me produjo el indeseable deseo de que el juego terminase, aun cuando me quedaban más de 10 horas de juego por delante. Y eso nunca habla bien de una obra.
Las cinemáticas son su mayor enemigo
En este punto quiero pararme muy poco porque es fácil de explicar y un sin sentido que algún día espero entender: las cinemáticas del juego. El título tiene más de 6 horas de escenas donde se cuenta la historia en pequeñas píldoras (no suelen sobrepasar los dos minutos), por lo que no ha sido falta de ganas, sino de mimo y creatividad. Y razono mi opinión.
En «Days Gone» cada poco tiempo nos ponen a ver cinemáticas del juego, algo que a mi me suele gustar bastante porque me permite empatizar con los personajes y meterme en la historia. El problema viene cuando las mismas cinemáticas te sacan por completo de la historia por dos razones. La primera es que cada pocos segundos entran fundidos a negro sin justificación aparente que te hacen creer que se han acabado, para acto seguido continuar -de verdad, pone de los nervios que en una escena en un mismo lugar te hagan 4 cortes en apenas un minuto ya que instintivamente coges el mando para seguir jugando porque te crees que ha acabado el vídeo-, cargándose todo clímax o punto álgido que pudiera haber. Y la segunda la razón es que los modelados de los personajes son injustificables en pleno 2019, tanto es así que durante las primeras horas de juego pensaba que Sarah era ciega porque en todos los recuerdos de Deacon los ojos de ésta estaban tan mal hechos que ni miraban a Deacon ni a Boozer cuando hablaba con ellos, dando la impresión de que no veía.
Y eso sin contar las incontables veces en que en las propias cinemáticas las texturas no se cargaban y acababa viendo a seres en ultra baja resolución que no transmitían ninguna expresión.
Pues bien, si tenemos cinemáticas que te cortan el clímax cada pocos segundos en extraños fundidos y le unimos a que los modelados y las texturas son cosa de años pretéritos nos da como resultado una historia que, si bien no es nada del otro mundo, no consigue más que darnos una experiencia peor de lo que debería ser.
El gameplay salva los muebles en «Days Gone»
Las cosas como son, y al Cesar lo que es del Cesar, porque el juego es divertido de jugar. Por fortuna ponerse a los mandos de un Deacon montado en su moto para conducir por una Oregón salvaje y peligrosa en la que matar bandidos y zombis -es el denominador común- es una fórmula que funciona. O al menos que ha funcionado conmigo durante casi todo el juego. Y eso es lo que nos empuja a seguir jugando
El juego se construye a través de la mecánica del looteo y la mejora constante de equipo (armas y moto) junto con el fortalecimiento de Deacon, ya sea a través de pinchazos experimentales de Nero (organización científica que está estudiando el virus zombi) como de puntos de habilidad en las distintas ramas que hay (hacer más daño en el cuerpo a cuerpo, consumir menos energía al rodar y esquivar, ect).
Y la verdad es que todo esto funciona bien. Salir con la moto, hacer encargos para los líderes de los campamentos de humanos para así conseguir que la moto corra más, o pegar más fuerte a los zombis es divertido. Sobre todo matar zombis, destruir sus nidos (mecánica que consigue que aparezcan menos zombis en esas determinadas zonas donde has quemado las «madrigueras» donde duermen), o enfrentarse a las hordas (grandes grupos de zombis que actúan en modo colmena y que pueden llegar a estar integrados por hasta 500 enemigos).
La enorme cantidad de misiones principales y secundarias, unidas a las de cazarrecompensas, a las de destruir hordas, a las de conseguir entrar a todos los puestos de Nero o a las de liberar todos los campamentos de bandidos pueden llegar a darnos más de 50 horas de juego, y eso es algo que se agradece si no fuera porque mucho de todo esto es obligatorio, haciendo que todos los jugadores tengan que hacer cientos de misiones para poder pasarse el juego. Creo que si hubieran dejado muchas de estas misiones para el, tan de moda, End Game (vamos, para cuando acabas el juego) el título no se habría resentido tanto y los jugadores que sólo venían por la historia hubiesen disfrutado más y los más completistas igual.
Su rendimiento es injustificable
Sí, estamos ante un título exclusivo de una consola, donde el estudio sólo ha tenido que optimizar para una misma plataforma (teniendo en cuenta tan sólo dos versiones, la PS4 normal y la PS4 Pro) y aun así estamos ante un juego que a nivel gráfico es un auténtico desastre.
Congelaciones de pantalla durante más de 5 segundos. Constantes caídas de FPS. Tiempos de carga infinitos cuando entramos al juego, etc. Lo experimentado en el juego, habiéndome pasado el título con la versión 1.07 (Bend Studio lanzó varios parches durante la primera semana a sabiendas de estos problemas) que se suponía que arreglaba muchos de estos fallos, ha sido un suplicio la mayor parte del tiempo. Y eso es algo injustificable en un juego exclusivo hecho por un estudio propio de la misma compañía que lanza el juego y la consola donde va a jugarse.
Os dejamos con el video análisis (y aquí el artículo en su web) de nuestros amigos de Digital Foundry ya que ellos lo hacen todo mejor y os puede ayudar a haceros una idea más sólida del rendimiento del juego tanto en PS4 como en PS4 Pro.
A nivel técnico, como siempre nos gusta decir con los juegos que analizamos, el juego funciona en PlayStation 4 a una resolución Full HD (1080p) a 30 imágenes por segundo. Y en PS4 Pro se ejecuta a 4K (3840x2160p) con reescalado por checkerboard y a 30 FPS. Por desgracia la estabilidad de las imágenes por segundo deja mucho que desear, si bien la nitidez del juego está fuera de toda duda.
Conclusiones
Si has llegado hasta aquí habrás visto que el juego nos ha suscitado más comentarios negativos que positivos. Pero no os confundáis en cuanto a nuestra valoración, ya que en lo más importante, en el gameplay, el juego es divertido y funciona, por lo que no podemos hacer otra cosa que aconsejároslo si os gusta el género y la ambientación zombi.
Pero eso no es óbice para que no criticásemos aspectos que no son propios de un Triple A de 2019 y menos de una consola que lleva lanzando increíbles juegos durante esta generación, como son los recientes «God of War», «Horizon: Zero Dawn» o «Marvel’s Spider-Man», entre otros.
El juego tiene problemas, y muchos de ellos no se solucionan con parches, ya que forman parte de la misma concepción del juego, pero también tiene fortalezas que le hacen sobrevivir. Por ejemplo, la sensación de precariedad y necesidad al tener que estar repostando la moto de gasolina y arreglándola para que no te deje tirado mientras huyes de una horda de zombis es de los momentos más intensos que he vivido recientemente con los videojuegos.
Si tenéis una PS4 y os gusta el género es bastante recomendable, pero si no es así creo que es un juego en el que puedes esperarte un tiempo a que arreglen sus fallos de optimización y hacerte con el más adelante.
Nota: 6
Equipo de pruebas:
Para jugar a «Days Gone» hemos utilizado este equipo:
- PlayStation 4 Pro
- Dualshock 4
- Televisión LG 4K HDR 55SK8500PLA