Hay mucha gente que tiene un portátil ligero para poder transportarlo de casa al trabajo y con el que no puede luego jugar bien, ya que si bien suelen ir sobrados de procesador y RAM -no es raro que los ultrabooks vayan con un Intel i7 y sus 8 o 16 GB de RAM, lo ideal para casi todos los ámbitos de trabajo profesionales- es en la tarjeta gráfica donde fallan. Y justo ahí es donde quiere hacerse fuerte la Aorus RTX 2070 Gaming Box.
Esto que hoy os traemos no es más que una tarjeta gráfica externa que, mediante el puerto Thunderbolt, se conecta a nuestro ordenador y hace las labores de GPU, de la misma forma que lo haría una tarjeta gráfica interna.
Como hoy no vamos a analizar la RTX 2070 en sí –eso ya lo hicimos a principios de año– sino el producto que tenemos entre manos, la clave aquí será repasar sus características, su utilidad y su rendimiento real. Sin más dilación, ¡allá vamos!
Siendo sinceros, cuando sacamos la tarjeta gráfica de la caja vemos que por el peso esta Aorus RTX 2070 Gaming Box es transportable, y poco más. Pero esto normal, ya que pesa 2,3 Kg, es decir, lo mismo o más que un portátil entero.
A su favor hay que decir que no es un peso desorbitado teniendo en cuenta lo que lleva la Gaming Box dentro: una RTX 2070 sin recortar, con todos sus puertos y un ventilador de 130 mm; una carcasa de aluminio protectora y una parte mallada para darle entrada de aire; y una fuente de alimentación de 450W.
Todo esto pesa y es lógico, ya que en los componentes elegidos no hay concesiones y, la verdad, es que tiene mérito haber metido todo en una caja bastante compacta de tamaño 212x96x162 mm. Vamos, en valores más fáciles de imaginar, es como una pequeña caja de zapatos.
Para transportarla, la Aorus RTX 2070 Gaming Box lleva una funda muy bien construida de tela y plástico que sujeta y recoge bien la Gaming Box, con espacio para guardar los cables de potencia, de vídeo y el Thunderbolt. Además, trae un correa que te permite echártela al hombro y llevar la gráfica al igual que llevamos el maletín del portátil. Y ese es, en parte, el motivo por el cual moverte demasiado con ella no es muy cómodo: llevar dos maletines de más de dos kilos no es lo ideal si te mueves todos los días.
Lo que hemos podido comprobar es que la RTX 2070 que lleva la Gaming Box es una tarjeta gráfica sin concesiones, por lo que tenemos la misma potencia que una GPU de sobremesa de mismas características.
Por eso el cuello de botella será, casi siempre, vuestro portátil, ya que o bien el procesador, la cantidad de memoria RAM o las temperaturas del portátil no permitirán que saque la gráfica toda su potencia. En nuestras mediciones -con un portátil Dell ultraligero que nos mandó Gigabyte para poder analizar la Aorus RTX 2070 Gaming Box y que tenía un i7 de bajo consumo y 8 GB de RAM- era el Ultrabook quien nos limitaba el juego, ya fuese porque los núcleos iban al 100% o porque se subían a 98 grados o porque la RAM se llenaba con los juegos más exigentes.
En estas condiciones lo que conseguimos sacar fue que la Gaming Box conseguía subir a 1840 MHz estables (una velocidad algo inferior a los modelos de referencia, pero que está dentro de lo normal) sin pasar de los 70º y con el ventilador al 75% de su velocidad máxima. Todo valores correctos y esperables, tal y como una tarjeta tradicional de sobremesa iría en sus mismas circunstancias.
Nuestra única duda era si el único ventilador de la tarjeta (los modelos normales suelen llevar dos o tres ventiladores) podría mantener a raya el calor y lo consiguió sin problema, algo que se debe a que tiene mucha entrada y salida de aire y a que el ventilador de 130 mm mueve un buen caudal de aire sin necesidad de revolucionarse demasiado.
La Gaming Box está genial para aquellos que tengan un portátil muy actual y con componentes que den la talla. Y quiero dejar esto claro porque el producto no funciona sin un puerto Thunderbolt (y no son muy comunes) y si un procesador que esté a la altura y, al menos, 8 GB de RAM la tarjeta gráfica va a tener un cuello de botella que tiraría por tierra el sentido de este dispositivo.
Por eso, si reunís todas las condiciones que he expuesto arriba y os gusta jugar, pero vuestro portátil de casa venía muy bien equipado pero sin una buena GPU, la tarjeta externa de Gigabyte es genial para conseguir unos resultados muy buenos sin tener que compraros un nuevo ordenador.
Primero porque funciona sin un fallo, siendo puerto Thunderbolt más que suficiente para transmitir datos sin ningún tipo de retraso de señal y sin cortes, y encima teniendo ancho de banda suficiente para cargar el portátil mientras jugamos, por lo que no es necesario tener el cable de la batería del portátil conectado a la corriente, sólo con la Gaming Box conectada al enchufe y ésta conectada por el Thunderbolt al portátil tendremos todo lo que necesitamos para jugar sin parar.
Como puntos negativos pondría la longitud del cable de potencia y del Thunderbolt que vienen en la caja, siendo este último de tan sólo 50 cm (es muy corto, no hay paliativos aquí), y que el ventilador de la gráfica nunca para de girar, incluso cuando la GPU no está recibiendo carga alguna (por fortuna no es muy ruidosa).
Para el precio que tiene, que es entre los 650 y los 700 euros (no hay mucha disponibilidad en España) es un producto que ofrece una buena relación calidad precio, ya que una RTX 2070 cuesta entre 500 y 600 euros -dependiendo del modelo- a lo que hay que añadirle una fuente de alimentación de 450W -con una eficiencia superior al 90%- por lo que, si sumamos componentes, vemos que el precio se ajusta a lo que valen sus piezas sueltas, sin cobrar el sobreprecio típico de estos equipos.