Recuerdo como si fuera ayer cuando Asus anunció que tenía una consola portátil en camino, la ROG Ally. Si bien primero se filtró, con el anuncio oficial todos nos dimos cuenta de que la Steam Deck había conseguido crear tendencia.
Nosotros (en concreto yo) hablamos de la consola portátil ese primer día, hablando de los pros y las contras que veíamos a primera vista. En general nos convencía bastante, pero teníamos dudas grandes sobre la resolución de la pantalla, los FPS que podría sacar a 1.080p y la batería. Hoy resolvemos esas dudas.
Esto es muy importante, porque una consola de televisor y salón no la vas a estar tocando, lo que importa es qué tal es el mando. Pero en el caso de la Asus ROG Ally, aquí es consola y mando a la vez. Ergo, su construcción es buena.
Fabricada en plástico duro y algo rugoso, la consola aguanta un par de horas con ellas en las manos, mientras nosotros jugamos al Forza Horizon de turno. Los botones son de calidad, con muy buen feedback, los joystick son geniales, y la cruceta no está mal (aunque para juegos de lucha… no la veo).
El acabado en blanco aguanta bien el sudor y la suciedad, gracias en parte a que el plástico duro y rugoso no hace que nos suden demasiado las manos. Además, la consola no se calienta demasiado, si bien tira aire ardiendo desde el primer minuto. Es el precio a pagar por tanta potencia.
A diferencia de la Steam Deck, la Asus ROG Ally lleva un panel IPS de resolución Full HD y esto es genial. Al menos para usar la consola como si fuera un portátil con Windows 11 (que no es otra cosa que esto, en verdad, lo de consola lo decimos nosotros, pero es un ordenador).
Esta pantalla se ve de maravilla. Tanto por calidad de colores -el panel IPS es una gozada- como por brillo y ángulos de visión. Lo malo es que tiene mucha resolución para ser una pantalla de 7″ y llevar un procesador de bajo consumo de AMD que hace maravillas, pero no magia.
Apenas hay juegos que podamos mover a 1.080p con soltura, quitando los muy optimizados y siempre que pongamos las opciones gráficas en medio/bajo. Para mover los juegos que hemos probado en nuestra review, casi siempre hemos tenido que bajarlo a 720p y ahí la cosa mejora de estabilidad, pero a costa de verse mucho peor. Y no es por el 720p en sí, es porque a las pantallas digitales el bajar de su resolución nativa le sienta como un tiro en la rodilla: ruido, mala nitidez y píxeles.
Aquí no podemos ser más que sinceros: la Asus ROG Ally está genial para los que cogen el autobús o el metro una hora al día, no para los que quieren una consola de viaje para amenizar las esperas en los aeropuertos o estaciones de tren. Y la culpa es de la batería.
A pleno rendimiento, con el brillo alto y con el modo Potencia de 35W, la consola no llegaba a una hora encendida. La intro del Forza Horizon 5 nos consumió en 25 minutos la friolera de un 60% de batería. Una auténtica barbaridad.
Y en el modo 15W, que es el que recomiendan los expertos, por ser el punto dulce del chip AMD Ryzen Z1, sí que podías estirar a la hora y media en casi todos los videojuegos. Siempre que el brillo estuviese bajito. Es muy difícil vender esta consola como portátil, ya que el enchufe va a tener que ir contigo allá donde vayas.
Estoy deseando que Asus lance la versión más eficiente de esta consola, puesto que el sentimiento ha sido agridulce. Es cierto que no hay una consola de estas características más potente en todo el mercado (sin irnos a opciones chinas sin cobertura en Europa). De ahí que sea muy interesante.
Para mí, la Asus es una opción ideal de aquellos que son verdaderos jugones que quieren darle unas partidas de casa al trabajo. Incluso sirve para aquellos que tienen trabajos de ofimática o no muy demandantes, ya que si le enchufamos un dock nos puede hacer de ordenador principal sin problemas. Yo lo he probado y responde como un portátil gamer de unos 500 euros (su APU de AMD no llega a lo que ofrece una RTX 3050 de portátil, ni de lejos), por lo que puede hacer el papel para muchos usuarios.
Por este motivo, creo que una versión algo menos potente, pero mucho más eficiente, sí que sería una consola portátil interesante para millones de jugadores de PC. Pero, ahora mismo, con una autonomía que no llega a la hora y media en casi ningún escenario, es difícil de recomendar la ROG Ally.