Xbox One X, ¿la potencia prometida?
- 22 junio, 2017
- Chema Carvajal Sarabia
Xbox One X: 6 Teraflops, 12 GB GDRR5, ancho de banda de 326 GB/s y 8 núcleos a 2,4 Ghz. Esta es la carta de presentación de una consola que promete los 4K nativos, 60 imágenes por segundo y un reducidísimo tamaño.
Phil Spencer, principal responsable de Xbox, anunció a la que llevaba siendo durante los últimos meses la protagonista de todos los rumores, focos y atenciones de este E3, la Xbox One X, antes conocida como Proyect Scorpio.
Pocas, por no decir ningunas, fueron las sorpresas que nos llevamos durante la presentación, ya que hasta dicho momento ya se habían ido filtrando casi todos los datos: gráficos Polaris de AMD, 12 Gb de RAM, los mismo 8 núcleos x86 pero algo overclockeados, etc.
Si de alguna sorpresa tenemos que hablar es del diseño. Sobria, bonita y pequeñísima, más aún que la Xbox One S (y casi un clon de ésta, pero aún más elegante).
Pues bien, ¿qué significa todo esto? ¿Será suficiente su hardware para cumplir sus promesas de potencia? ¿Por qué hereda el mismo nombre de sus antecesoras para añadir una X al final si es una nueva generación de consolas? Hay muchas preguntas, intentemos responderlas.
Potente es. Por lo menos es la consola más potente jamás hecha. Frente a los 4,2 Teraflops de PlayStation 4 Pro, con sus 8 núcleos a 2,1 Ghz y sus 9 gigas de RAM (eran 8 pero luego Sony desveló que llevaba un giga extra), la consola de Microsoft supone un pequeño gran salto.
Pero, ¿suficiente salto? Eso está por ver. Lo mostrado hasta ahora es poco. Pero se pueden sacar cosas en claro cómo que el vídeo de Forza Motorsport 7 corre a 4K nativos y a 60 FPS. Este exclusivo de Xbox si llegará al máximo de sus posibilidades a Xbox One X, pero claro, es lo que se le presupone a un exclusivo, ya que los desarrolladores dedican más tiempo y esfuerzo a una sóla plataforma (aquí dos, ya que se cuenta el PC) para que el juego funcione perfectamente.
Esto está claro, pero ¿y los multiplataforma? Ahí la cosa ya no está tan clara ni es tan bonita como nos vende Microsoft. Durante la presentación, la compañía verde mostró dos juegos third-party (desarrollados por compañías que crean juegos para distintas plataformas) que consiguieron arrancar los aplausos del público, uno fue «Anthem» y el otro «Assasins Creed Origins».
Pues en el primero, desarrollado por Bioware, nuestros amigos de Digital Foundry descubrieron que, si bien el juego se veía a 4K, el título utilizaba checkerboard rendering para llegar a dicha resolución. Y, ¿esto que es? Pues muy sencillo, que el juego utilizaría una resolución nativa entre los 1440p y los 1800p y que el resto de píxeles que le faltaba para llegar al 4K (que son 3840 x 2160) se los inventaba, tal y como hace PS4 Pro en casi todos sus «títulos en 4K». Además de este reescalado, el juego corría a 30 imágenes por segundo, la mitad que el Forza antes comentado.
Lo mismo pasaba con «Assasins Creed Origins». Mismo tipo de reescalado y misma velocidad de fotogramas. Y, por lo que parece, esta va a ser la tónica general de los juegos multiplataforma que vayan saliendo en Xbox One X, a no ser que, o bien las desarrolladoras se impliquen mucho en la nueva consola para sacarle el jugo, o Microsoft se esfuerza por darles todas las herramientas y facilidades a las desarrolladoras para crear contenido 4K. O, lo que sería aún mejor, que ambas opciones se junten.
Si bien planteábamos la pregunta de si Xbox One X puede ofrecer 4K y 60 imágenes, podemos decir: Sí, puede. Pero es difícil que lo veamos como un estándar en esta nueva generación, por desgracia.
Ahora que tenemos esta pregunta más o menos resuelta, toca enfrentarnos al porqué del nombre ya que plantea serias dudas sobre si esta nueva consola es de verdad una nueva generación, y no una actualización más potente de la Xbox One.
Phil Spencer lleva machacando desde hace meses que, la entonces conocida como Proyect Scorpio, iba a ser una nueva generación, no una intergeneraciones como pasa con PS4 Pro, pero todo esto se derrumbó en parte cuando se presentó en el E3 y pudimos ver el nombre: Xbox One X.
Claro, esto choca directamente con el concepto de nueva generación ya que hereda el nombre de una Xbox One que salió en 2013 y de una Xbox One S de 2016. Este nuevo nombre, con una X al final no hace más que dar a entender que se trata de una revisión potente de aquellos modelos de 2013 y 2016, incluso se hace más patente cuando se ve el diseño de la nueva máquina, un calco de la One S.
Por esto mismo surge la pregunta sobre si de verdad es una nueva generación, o sólo una revisión. Hablando estrictamente de potencia, está claro que el salto entre One y One X es tan sumamente grande (pasamos de 1,31 Teraflops a 6) que podemos considerar a esta nueva consola como una nueva generación. Pero aquí acaba lo que está claro y comienzan los grises.
Para nosotros, el haber heredado el mismo microprocesador (overclockeado de 1,6 Ghz a 2,4 Ghz) de AMD x86 que montan PS4 y Xbox One ha sido un error. Sí, es cierto que el precio hay que contenerlo y que ese modelo a día de hoy es barato, pero con esta jugada la consola sigue arrastrando los vicios de sus predecesoras: cojear del mismo pie. Teniendo la arquitectura RyZen ya en el mercado y teniendo modelos de muy bajo consumo, buen rendimiento y buen IPC, no entendemos por qué no han dado el paso (aunque suponemos que será por el precio).
Montaje por piezas de una Xbox One X
¿Por último? El nombre. El mantener la formula One y añadirle una letra final. Pues es sencillo, el motivo es mantener la firma Xbox One. Si bien no han vendido como esperaban, la marca goza de buena salud, es bien vista por los consumidores (en parte gracias a Phil Spencer y su cambio en las políticas de Xbox, como eliminar Kinect, bajar precios, buenos juegos en el servicio Gold, etc).
También se aseguran de que el público que ya posee una Xbox y quiere dar el salto o que lleva tiempo detrás de los rumores de Scorpio sepa que todo el catálogo de Xbox One hasta ahora va a ser jugable en el modelo X (algo importante en los lanzamientos de nuevas generaciones debido a la falta de juegos en sus primeros años), y no sólo eso, sino que títulos insignia como «Gears Of War 4» o «Forza Horizon 3» van a ser actualizados y mejorados para los gráficos 4K de One X, de forma gratuita.
Por último, la firma One es igual a retrocompatibilidad. El gran público recibió con alegría el anuncio de hace unos años de que en Xbox One se podrían jugar a los míticos títulos de la Xbox 360 (para muchos una de las mejores generaciones hasta la fecha por sus juegos). Después de dos años, ya son más de 350 los títulos que se encuentran disponibles, y Microsoft al mantener la firma One en su nueva consola se asegura de que el público siga asociando la retrocompatibilidad con One X.
Vivimos nuevos tiempos, donde se ven hasta tres modelos de una misma consola en tan sólo tres años. Los patrones cambian, el sector evoluciona, y los gráficos venden cada vez más. Xbox One X es una gran máquina según lo mostrado y presentado, el nombre una apuesta poco arriesgada para que los consumidores no se pierdan y que el sello One continúe, y el 4K nativo una posibilidad pero también una incógnita.
Lo único seguro es que toca esperar al 7 de noviembre de este año para conocerla en persona.